Calidad institucional permanente

AutorRoberto Dromi
Páginas399-431

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Los temas pendientes de nuestra agenda del desarrollo, que hemos pasado revista, serán eficientemente gerenciados siempre y cuando se asegure y garantice la calidad institucional permanente1, pilar esencial para la gobernabili- Page 400dad y para poder trabajar en pos del desarrollo2 sostenido y equilibrado. Ello, sin duda, hará que la calidad de la gestión sea continua, confiable, eficiente, ética y transparente.

Para la República del desarrollo sostenido y equilibrado, la calidad institucional permanente es uno de sus presupuestos3. Es una exigencia existencial, es una "conditio sine qua non", que el juego de las instituciones de la República actúe "fair play", con limpieza ética sentida de los protagonistas de la República. Page 401

La ubicación de este capítulo al final de la obra no ha sido caprichosa. A nuestro entender "cierra" la idea del libro, pues los propios que identifican y predican la revolución del desarrollo con la agenda de la gestión social del presente, hacen indispensable la calidad institucional permanente como atributo.

La gestión es la columna vertebral del desarrollo. Pero el desarrollo hoy es tarea síntesis de lo público y de lo privado. El accionar de uno no excluye el accionar del otro; es más, lo implica y compromete. Si bien es el Estado el que orienta, organiza, administra, planifica, sirve, controla, protege, garantiza, regula y distribuye, el sector público no estatal y el privado deben acompañarlo para el éxito de la gestión, con acceso a un desarrollo compartible4.

Pensar, consensuar, definir, trabajar en equipo, resolver conflictos, tomar decisiones, atender urgencias, liderar, procurar el desarrollo sostenido y equilibrado para satisfacer las necesidades de nuestro tiempo debe ser compromiso y competencia de todos. El sector privado debe entender que para alcanzar una República sostenible en equidad y crecimiento es necesaria una nueva forma de hacer negocios, ya sean Page 402 lucrativos o no. Y esto se alcanza, a nivel estatal y a nivel privado, con funcionarios y empresarios que tengan en cuenta, prioritariamente en la gestión del día a día, las necesidades de todos -habitantes, ciudadanos, administrados, clientes, consumidores, usuarios- con los cuales se relacionan de modo directo o indirecto y la resolución ecuacional con equidad y solidaridad de todos los vínculos de interés.

En definitiva de lo que se trata es de renovar y remover las ideas, hábitos, costumbres y acciones hacia dentro y hacia fuera de las propias organizaciones, principalmente las instituciones públicas para dinamizar la eficacia con congruencia y compatibilidad formal y material de medios y fines comprometidos. En esto consiste la innovación de la gestión para alcanzar con calidad institucional permanente el desarrollo consolidado5.

Sin lugar a dudas en lo macro vamos por el camino correcto6, el de la democracia con respeto a la Constitución y Page 403 a la ley, pero debemos exigir y exigirnos más en lo micro, pues son recurrentes las imperfecciones institucionales que se manifiestan en:

- el desconocimiento de la necesidad de profundizar y perseverar con excelencia en el desempeño institucional,

- la persistencia recurrente de emergencias generales y especiales y estados de excepción permanente,

- los desequilibrios en la división horizontal y vertical del poder,

- las "inseguridades" de la seguridad jurídica,

- el incumplimiento de las leyes de ética y transparencia,

- la demora en la puesta en marcha del digesto jurídico para el acceso al saber real de las regulaciones de las conductas públicas,

- la falta de un efectivo y verdadero control del poder.

1. Asegurar la calidad y la equidad en la gestión

Cuando hablamos de asegurar la calidad y equidad en la gestión de las causas sociales7, lo que queremos significar Page 404 es que las instituciones cumplan con el mandato constitucional y legal para el cual han sido creadas8. La calidad es el punto hasta el cual la gestión institucional cumple con lo que se pretende que haga y de manera confiable9. Así se alcanza y afianza el Estado de derecho democrático republicano con libertad y pleno ejercicio de derechos y deberes.

Ahora bien, creemos oportuno precisar algunos aspectos que hacen a la calidad institucional. En primer lugar debemos decir que no sólo nos estamos refiriendo a las instituciones estatales en sus tres niveles (aunque de ellas escribiremos), sino también a las privadas, porque en este mundo globalizado, incluso el de la "aldea" nacional, provincial o municipal, sus instituciones están íntimamente relacionadas Page 405 y la gestión de una de ellas repercute positiva o negativamente en la calidad de las demás y en definitiva en toda la sociedad10.

Cada institución es una comunidad de ideas objetivadas y de hombres que se especifica por su propio fin, lo que le otorga a esa institución especificidad y continuidad en el tiempo11. Esa continuidad se manifiesta en la idea y en el obrar, en lo que piensa y en lo que realiza, es decir en lo que gestiona dentro del medio social.

Cada comunidad constituye sus instituciones conforme a sus necesidades e intereses, condicionando dicha creación, la aplicación y la interpretación del derecho que las rige. Las instituciones deben lograr tener el respeto de modo tal Page 406 que se pueda construir lo que se denomina "cultura de la legalidad"12.

Toda institución conforma una organización que cuenta con medios afectados al fin para el cual ha sido creada, fin que necesariamente debe "tocarse" con el fin último de toda la sociedad que es el bien común. Miremos por un instante lo que sucede con instituciones cuando su fin, su gestión contradice o se opone al bien común13. En ellas desaparecen el orden y los límites, se desdibuja el principio de autoridad, se avasallan los derechos, se confunden los objetivos, se desestabilizan, se pierde el rumbo, se actúa con deshonestidad, se miente, se corrompe, se vuelven inactivas, no gestionan y si lo hacen lo hacen mal. Las instituciones se convierten en botines de guerra de los administradores o de las "internas", olvidándose quién es en definitiva el destinatario final.

Las instituciones gobiernan, controlan, investigan, contribuyen a distintas formaciones, entretienen, comercian, enseñan, cuidan, sanan, rezan, contienen, ayudan, informan, defienden, protegen, previenen, asisten, educan, compiten, es decir que, conforme sus cometidos, trabajan también para mejorar la sociedad. Es indispensable, entonces, la calidad en todas y cada una de las instituciones no sólo las estatales, sino también las no estatales, las privadas, las no gubernamentales, es decir las religiosas, las de los me- Page 407dios de comunicación, las sindicales, las empresariales, las deportivas, las del entretenimiento, etc. En definitiva, cada institución debe asumir responsablemente su rol frente a la sociedad y responder por él. Así tendremos instituciones fuertes y respetadas.

Por lo indicado es que concluimos que la gestión también debe alcanzar al ámbito privado, pues de lo contrario no llegaremos a consolidar la 5 República y la exclusión será lo permanente y no la calidad institucional. Así los ámbitos estatal, público estatal, público no estatal y privado deberán gestionar mancomunadamente, con responsabilidad, compromiso y eticidad para alcanzar el desarrollo sostenido y equilibrado.

Aquí el límite entre la gestión pública y privada debe ser menos rígido pero no invasivo, sino consensuado, dialogado. En dichos ámbitos muchos de los propios que identifican la gestión se comparten: se necesita prevenir riesgos, marcar estrategias, anticipar demandas de ciudadanos, administrados o consumidores y satisfacerlas, aprovechar las oportunidades, concluir obras, invertir, respetar a las otras instituciones.

La calidad institucional estará dada por la capacidad de satisfacer las necesidades y expectativas que los habitantes, ciudadanos, administrados, usuarios, consumidores le demandan a las instituciones para poder vivir con equidad.

Para hacer realidad la calidad deben satisfacerse aquellas necesidades fundamentales decisivas para el desarrollo equitativo, que se centran en la educación, la seguridad, el ambiente, la vivienda, la salud, la infraestructura, el gerenciamiento local, el equilibrio regional, la integración supranacional y la estabilidad económica. Ahora bien, estas po- Page 408líticas son llevadas a cabo por las instituciones, prioritariamente por el Estado en sus tres niveles y complementariamente por las organizaciones públicas no estatales y privadas. Y es en ellas donde se manifiesta de manera incontrastable la calidad en la gestión. Las instituciones estatales son las que deben asegurar la gestión de las causas sociales con equidad.

La calidad institucional depende visceralmente de lograr un Estado racional de "bien-estar general", no un Estado arbitrario del "mal-estar común", acosado de legalismo, burocratismo, con estructuras excesivas y obsoletas14. Exige una racionalización en pro de la deflación administrativa, una profesionalización en pro de la incorporación del conocimiento, de la tecnología, de la idoneidad, una simplificación en pro de los nuevos cometidos de la autoridad para librar la batalla definitiva por la sencillez y simplicidad, con celeridad y actuación oportuna. La calidad institucional debe, entonces, llegar a tiempo. Se trata, en pocas palabras de la buena administración de las instituciones públicas15. Page 409

Para verificar el cumplimiento de la calidad de la gestión de las instituciones, además de la evaluación externa, y el sondeo...

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