El 'cajón de Herminio', otra vez al acecho

"En la interna peronista se esperaba algún cajón de Herminio, pero nos tiraron con la cochería entera", atribuyen a una fuente justicialista en el muy visitado sitio digital de Jorge Asís.

El "cajón de Herminio" tiene para cualquier candidato presidencial las mismas horrorosas connotaciones que para un vampiro tendría toparse de pronto con un crucifijo, una ristra de ajos o, peor todavía, una estaca.

¿Habrá al fin de la jornada de hoy un "cajón de Herminio" como fiasco inesperado agazapado en las urnas para alguno de los presidenciables favoritos?

¿Será para Scioli si la denuncia contra Aníbal Fernández o las inundaciones por las obras no realizadas lo afectan? ¿Será para Macri que al "kirchnerizar" su discurso más que aclarar oscureció? ¿O será para Carrió por haber prestado su casa para grabar el testimonio de un involucrado en el triple crimen de General Rodríguez?

Herminio Iglesias fue sindicalista, intendente de Avellaneda y en 1983, candidato justicialista a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Perdió frente al ignoto radical Alejandro Armendáriz. Más que por sus muchos defectos, fue el derrotado más emblemático por los singulares méritos que, como un viento huracanado de la historia, supo encarnar en todo el país Raúl Alfonsín, el primer presidente de la democracia recuperada. Hoy esa pasión no se expresa ni de cerca con la misma intensidad en ninguno de los aspirantes a suceder a Cristina Kirchner.

Sin embargo, la mala reputación de Iglesias -en su obituario, publicado en 2007 en Página 12, la recordada periodista Susana Viau lo definió "como un «pesado» del peronismo bonaerense" que "gozaba de un nombre en su territorio, Avellaneda, ganado, entre otras cosas, a fuerza de pistola"- sirvió como perfecto chivo expiatorio del primer fracaso electoral en la historia del peronismo (UCR: 52%; PJ: 40%). Pero, particularmente, la imagen donde se lo ve quemando un ataúd de cartón con los colores de la Unión Cívica Radical en el multitudinario cierre de campaña del justicialismo en la avenida 9 de Julio pasó a convertirse en causa y sinónimo de la derrota justicialista.

Desde lo más íntimo del entorno de Daniel Scioli se asegura que pidió en los últimos tiempos que "no hagan olas", una metáfora adecuada para un ex campeón de motonáutica que adora hacer la plancha. Alude también a la perentoria necesidad de no cometer audacias o errores que pudiesen exponerlo a un castigo inesperado por parte de los votantes. Para Scioli la manera de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR