Un caballero llamado Frans

A principios del siglo XX, cuando en Buenos Aires comenzaba a despuntar el mercado de arte aliado al coleccionismo vernáculo, el modelo a seguir era el europeo, iniciado por el marchand de los impresionistas Durand Ruel, galerista comprometido con la carrera de sus artistas. De esa escuela salió Frans van Riel, decano por años de los galeristas porteños. Heredero de una tradición, sumaba a su criterio de selección un estilo personal afable y elegante. Florida era el eje por donde pasaba la movida y nadie imaginaba que ese núcleo, patria del Di Tella, de "la Manzana Loca", del Bar o Bar y del Florida Garden, dejaría de ser el punto neurálgico. Bonino, Wildenstein, Witcomb, Carmen Vaugh y más tarde Ruth Benzacar, Julia Lublin y Federico Klemm mantuvieron en alto la antorcha de la Plaza San Martín como "el lugar". Y merece seguir siéndolo por su ubicación estratégica. En tiempos recientes algo cambió con la mudanza de Benzacar a Villa Crespo y el auge del Distrito de las Artes en el sur de la ciudad. Como ocurre en Nueva York, París, Madrid o Londres hoy los artistas son los auténticos trendmakers. Corren las fronteras en todos los sentidos. Sin embargo, sigue vigente la calle Arroyo como cauce de galerías de trayectoria. Palatina, Vasari y Van Riel forman un triángulo...

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