En España, la caída de la natalidad ya es un tema de la agenda política

MADRID.- España envejece a ritmo vertiginoso. Más que en ningún otro país de Europa, el déficit de natalidad empieza a vislumbrarse aquí como un desafío político y social de primer orden.

Las últimas cifras oficiales conocidas encendieron todas las alarmas, incluso en el contexto de un continente que lleva años buscando incentivos para la reproducción: el dato central es que el hijo único dejó de ser la excepción y amenaza con convertirse en la regla.

El 32% de las madres españolas tiene un solo hijo, una cifra cuatro veces mayor de la que se contabilizaba en la generación anterior. La media de chicos por mujer se encuentra estancada en 1,3, bastante por detrás de otros países que lograron torcer aunque sea de manera leve la tendencia, como Francia (1,8), Suecia (1,9) o Irlanda (2,1).

La devastadora crisis del empleo que golpeó al país a partir de 2008 acentuó la inclinación a retrasar la maternidad, lo que inevitablemente termina por reducir la cantidad de nacimientos. Hay números elocuentes: en 2013 nacieron 72.000 bebes menos que el año anterior, según los indicadores demográficos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). La línea descendente cumplió cinco años consecutivos.

La recesión, además, empujó fuera de España un número récord de inmigrantes, en quienes los gobiernos europeos depositaron la mayor esperanza de aporte poblacional. Alemania, el motor económico de la Unión Europea (UE), se ha convertido en el mayor imán de trabajadores extranjeros, con lo que...

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