Buscavidas: cómo seducir a los turistas con creatividad y picardía

«El Diego» espera sentado en una reposera playera sobre los adoquines de Caminito. Al lado tiene su portfolio con varias fotos, ya descoloridas, junto al otro Diego. "¿Do you want a picture with «el Diego»?", ofrece a dos turistas que buscan un lugar para comer. "Sale 50 pesos", dice sin darles tiempo a que respondan. Bastante menos costará la moto hecha de globos verde, blanco y violeta que Chispita le prepara a un niño que mira con ojos absortos, parado en Lavalle y Florida.A pocas cuadras, Jed se apresta a iniciar el tour sólo para caballeros que recorre una barbería, una fábrica de sombreros familiar y una casa de habanos.Ellos son sólo algunos de los buscavidas porteños que aplican el ingenio para encontrar una actividad laboral no tradicional... y rentable.El Diego en realidad se llama Escolástico Berto Méndez, es correntino y hace 25 años se considera el imitador oficial de Maradona. Chispita es electricista, pero cuando tiene un rato libre camina por las peatonales del microcentro con su traje de payaso para tener un ingreso extra."El Día del Niño saqué 1800 pesos", cuenta sin temor a una inspección de la AFIP. Jed, en cambio, apostó solamente al turismo extranjero y la posibilidad de cobrar en dólares con una propuesta innovadora.Aparecen día a día por las calles de Buenos Aires, donde también se puede encontrar paseos por la ciudad en los Citroën fabricados en la década del 70; mate meeting para turistas; o tours temáticos como el de Evita y el que recorre los rincones porteños más grafiteados.Todos ellos tienen algo en común: pertenecen a una especie de emprendedores de actividades no tradicionales, que se recicla y en la que la imaginación es la virtud que más billetes se lleva.Caballeros de 1920"Un día pensé: ¿por qué no usar estos lugares para un tour de hombres? Las mujeres ya tenían su circuito de compras armado", cuenta a LA NACION Jed Rothenberg, el creador de The Man Tour y propietario de LandingPadBA. El recorrido empieza en Congreso y termina en Recoleta. Durante seis horas, pasa por la fábrica de gorros de la familia Maidana, la barbería La Época de Caballito, donde los turistas son afeitados a navaja, y una casa de puros. Tiene un costo de 165 y 215 dólares, según el paquete que se contrate."Es un tour nostálgico, pero una nostalgia fabricada porque todos los que lo hacen no vivieron en la época de sombreros, puros y afeitadas a navaja", cuenta Jed. También dice que "la semilla" del tour que "primero se llamó Caballeros de 1920"...

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