Buscar el silencio en la canción

Durante una entrevista del último año, poco después de que publicara su último disco, en el que exhibía una nueva apuesta estética, el cantautor Pablo Dacal decía que no veía la canción como un objeto, sino como un proceso. "Hay que mirarla con catalejo, no con lupa", explicaba.Seguramente, a ese concepto responde el hecho de que mañana estrenará un ciclo en un plan despojado, sin la Orquesta de Salón ni Las Guitarras del Tiempo: apenas con su guitarra y en compañía de un pianista, que será distinto en cada función. "Probablemente, la identidad tenga que ver con ese cambio constante. Pero no creas que gozo tanto todo ese cambio porque también implica sus conflictos en el armado. Nuevos ensayos, nueva comunicación con las personas."En cuanto a aquello de ver la canción como un proceso, Dacal cree que no es una referencia a lo individual. "Parte de mi generación mira así. Por eso hablo de mí y, también, de nosotros. Y quizás hay en esto un ejercicio de deseo. Es decir, me gustaría vernos un poco más así", como gente que ve el proceso constante y no el objeto."Proyecto más de lo que querría porque mucho queda en el camino. Pero guiado por la intuición y por determinados aspectos que pueden estar por debajo de lo más evidente y racional. No proyecto especulativamente. Creo que tiene que ver conmigo; con mis creencias más profundas. Realmente creo en un universo múltiple, de los grandes temas a las cosas más cotidianas. Leo en contrapunto textos muy hondos y otros de superficie. Me siento cómodo, de la misma manera, con el sonido de las bordonas que me lleva a un paisaje tanguero de comienzos del siglo XX, o con un pianista para hacer un mano a mano en este ciclo, o al trabajar en un proyecto de Villa Diamante...