En busca de resultados, Martín Guzmán será superministro

El período de gracia no es eterno. Al Gobierno le está llegando la hora de empezar a mostrar resultados económicos de su gestión. El objetivo es regido por los principios de la navegación a vela: lograr la mayor sustentación con la menor resistencia. No es sencillo.Por eso, busca que algunas medidas surtan efecto, que los acreedores externos, empezando por el FMI, sean flexibles, que el Congreso termine de aprobar algunos proyectos de ley y concluir con el diseño organizacional del área económica para poner en marcha y coordinar un programa que no sea solo una suma de decisiones coyunturales.Los próximos indicadores del Indec reflejarán lo ocurrido en el primer mes de gestión de Alberto Fernández y el impacto de las decisiones iniciales. Los números, aunque quizá algo mejores que los de diciembre, distarán de ser buenos.Ya asumieron en la Casa Rosada que la inflación de enero rondará el 4%. El elevado porcentaje tendrá la (auto)justificación del efecto inercial provocado por la situación heredada y el aliciente de que será algo más bajo (unas décimas) que el del mes anterior. La explicación será insuficiente si ese índice no es el pico y a partir de allí no comienza a constatarse una firme tendencia decreciente.En el Gobierno evitan difundir cualquier pronóstico respecto de la evolución de los precios, pero el objetivo es que el acumulado durante el primer trimestre no supere el 9 por ciento de incremento, según reconocen en estricto off the record en los principales despachos de la Casa Rosada. Entre los muchos propósitos de diferenciación con la administración macrista está el de no fijar metas de inflación. Pero que las hay, las hay.La complejidad de la situación y la experiencia de la administración anterior urgen (y aterran) al Gobierno, tanto como para acelerar el proceso de reestructuración y rediseño del área económica.La toma de decisiones se encuentra en la administración albertista casi tan fraccionada como en los primeros años del macrismo. Para contrarrestar los efectos no deseados de esa fragmentación, el ministro de Economía, Martín Guzmán, será ungido próximamente como coordinador del gabinete económico, según reveló a LA NACION uno de los integrantes de la mesa chica presidencial. Formalmente, Fernández tendría así el superministro con el que siempre soñó contar. En la última reunión del equipo económico empezó a probarse el traje. Pronto se verá cómo le calza.Abocado hasta ahora a la cuestión financiera, con la...

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