En busca de un puente hacia la libertad

Una vez que "egresan", los menores no tienen un acompañamiento sostenido en el tiempo ni una presencia del Estado para compartir con un equipo técnico de referencia inquietudes, dudas, angustias. Ésa es una de las grandes preocupaciones de Pilar Molina, directora del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia: "Los chicos tienen audiencia con un juez, con un trabajador social, hablan con un asesor de menores, viene alguien de control de gestión, y de repente todos esos actores quedan corridos de escena". Ahí, sostiene, hace falta un puente entre la infancia y la adultez, uno que aliviane ese tránsito. Para eso, cree, hay que trabajar en "el antes y el después", en la prevención y el egreso.

El año pasado el presupuesto de lo que era la Secretaría de Niñez y Adolescencia era de 1000 millones de pesos. Este año, en la órbita de Desarrollo Social, es de $ 1.553.100.000. Las cajas chicas son cinco, de 20.000 pesos por año, para remedios psiquiátricos, pintura y yerba, o lo que los jóvenes necesiten día a día.

Algunos chicos dicen que del centro "salís más vago". Felipe Granillo Fernández, subsecretario de Responsabilidad Penal Juvenil, admite: "Tenemos chicos que tienen...

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