Sentencia Definitiva de SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA PROVINCIA, 12 de Septiembre de 2001, expediente P 69976

• Presidente del tribunal: Ghione-de Lázzari-Pettigiani-Pisano-Hitters-Salas-San Martín
• Número de expediente: P 69976
• Normativa aplicada: LEYB 3589,CPPB Art. 259 Inc. 2,CPPB Art. 259,CPPB Art. 258
• Fecha: 12 Septiembre 2001

Dictamen de la Procuración General:

La Cámara de Apelación en lo Criminal y Correccional de Dolores revocó la absolución recaída en primera instancia y condenó a L.H.B. como autor responsable de hurto (art. 162, C.P.) a dos meses de prisión de cumplimiento efectivo, con costas, declarándolo reincidente por tercera vez (v. fs. 79/83).

Contra este pronunciamiento interpone recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley el defensor oficial del procesado (v. fs. 878/91).

Denuncia como violados los arts. 239, 258 y 259 incs. 4º y 5º del Código de Procedimiento Penal (seg. ley 3589 y sus modif.) y la doctrina de V.E. en causa P.30.416, cuestionando la plena prueba presuncional utilizada por el “a quo” para fundar el juicio de autoría contra el prevenido. Afirma que, individualmente, los indicios computados no son directos y que, tomados en su conjunto, las recíprocas incidencias entre las inferencias no eliminan la posibilidad de la duda.

Opino que corresponde hacer lugar al recurso.

La Alzada computó cinco indicios:

1) el derivado del secuestro en el domicilio del encartado de los efectos pertenecientes a la víctima.

2) el que surge del testimonio de D.A.T., quien da cuenta de haber observado a través de un muro lindante a la finca del imputado, parte de aquellos efectos.

3) el resultante del testimonio de F.C. en el mismo sentido que el anterior.

4) el que obtiene de la mendacidad del acusado al prestar declaración indagatoria.

5) el que deriva de sus antecedentes condenatorios específicos.

El recurrente intenta relativizar el valor probatorio de la primera presunción en función del tiempo transcurrido entre la sustracción y el secuestro de los efectos en poder del reo. Y respecto de las dos siguientes, expresa que se refieren, como la primera, a la mera tenencia de la cosa.

Estimo que si bien la tenencia de la res furtiva en poder del acusado aparece inconmovible como hecho indicador de su autoría del hecho, advierto que los elementos que el “a quo” en lista en los tres primeros lugares (el secuestro y los testimonios de Torres y C.) acuden en un mismo sentido a acreditar esa singular circunstancia, de la que, entonces, no puede desprenderse sino una única inferencia (que el reo es autor pues detenta la posesión de las cosas sustraídas) y no tres como lo resuelve la sentencia.

Así las cosas, al mencionado indicio se agregan, según el fallo, el de mendacidad y el de aptitud delictiva.

A mi juicio, el plexo indiciario así conformado resulta insuficiente para fundar asertivamente un juicio de condena. Así lo entiendo pues, el poder convictivo de la capacidad delictiva es escaso desde que, como tiene dicho V.E., sólo atiende a una conducta pasada, anterior e independiente del delito en juzgamiento, de lo que se infiere una mera disposición delictual (doct. P.33.822, del 29-7-86). Del mismo modo, es escaso el valor probatorio de la circunstancia de que el imputado no haya sido veraz en algún tramo de su relato. V.E. también ha resuelto que la mendacidad puede poseer un grado de ambigüedad suficiente para impedir la legal relación propia de las presunciones (doct. P.38.250, del 6-12-94), y estimo que así ocurre en el caso de autos.

Consecuentemente, en mi opinión no es posible descartar, a partir de la consideración conjunta de los indicios referidos, que dicho conjunto también conduzca a conclusiones diversas de aquello que debe probarse, circunstancia que obsta a a tener por acreditada, con el grado de certeza requerido por la ley, la autoría del procesado (arts. 258, 259 inc. 4º y 431, C.P.P. -seg. ley 3589...