'Buitres': el acuerdo parece lejano pero el mercado apuesta

La mitad del tiempo de alargue en la disputa judicial con parte de los bonistas que no aceptaron el canje se habrá consumido mañana. Y todo parece tan estancado como desde el día en que quedó firme la sentencia del juez neoyorquino Thomas Griesa.El gobierno argentino cambia de táctica, como el técnico Alejandro Sabella. Una es la que lleva adelante frente al delegado especial de Griesa -el special master, Daniel Pollack- para encontrar una salida que no lleve al desastre, ahora, con discreción.Para la tribuna interna y la externa desempolvó un discurso según el cual este caso no puede ser tratado con las actuales normas internacionales; sostiene que se trata de algo distinto, que a la Argentina la quieren castigar por querer mostrar un modelo distinto de todos los modelos y que se han montado campañas internas y externas en contra del país. Y que hay que optar "por la Patria".Nada podía ser más parecido al discurso que quiso imponer la última dictadura militar, aquella que decía que no se podía combatir a los terroristas -calificación que le endilgaban a cualquier crítico del gobierno- con las reglas de la democracia. Según esa interpretación, había una "guerra sucia" y "ellos" (los "terroristas") venían "por todo".Cristina Kirchner hace lo mismo que aplicó con el conflicto con el campo por la resolución 125, en 2008: transforma en una guerra ideológica lo que no es más que un problema de dinero.Sus propagandas nacionalistas parecen calcadas de las que en tiempos de Jorge Rafael Videla se hacían en contra de la organización Amnesty International por sus denuncias por violaciones de los derechos humanos en el país.Es una pena inmensa que se hayan sumado a repetir esos argumentos falaces personas con enormes méritos personales por haber defendido la libertad aun poniendo en riesgo sus vidas en los tiempos oscuros.Aquella dictadura también encontró refugio internacional en la entonces Unión Soviética. Le vendía trigo, le compraba tecnología -como alguna central termoeléctrica-, y recibió armas que usó en Malvinas, como los misiles portátiles antiaéreos SAM 7 Strella, entre otros intercambios.Sin embargo, la Argentina adhirió al boicot contra los Juegos Olímpicos de Moscú (en 1980, una postura impulsada fuertemente por los Estados Unidos) y no envió delegación, pero no se sumó al bloqueo cerealero impuesto como castigo por la invasión soviética a Afganistán.Aparecían por el país supuestos politólogos, incluso alguno inglés, que pronosticaban el triunfo de la...

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