Buenos Aires, sobre un suelo contaminado

AutorNorma H. Rozadas

La Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, en su artículo nº 26 dice:

“…El ambiente es patrimonio común. Toda persona tiene derecho a gozar de un ambiente sano, así como el deber de preservarlo y defenderlo en provecho de las generaciones presentes y futuras.

Toda actividad que suponga en forma actual o inminente un daño al ambiente debe cesar. El daño ambiental conlleva prioritariamente la obligación de recomponer.

La Ciudad es territorio no nuclear. Se prohíbe la producción de energía nucleoeléctrica y el ingreso, la elaboración, el transporte y la tenencia de sustancias y residuos radiactivos. Se regula por reglamentación especial y con control de autoridad competente, la gestión de las que sean requeridas para usos biomedicinales, industriales o de investigación civil.

Toda persona tiene derecho, a su solo pedido, a recibir libremente información sobre el impacto que causan o pueden causar sobre el ambiente actividades públicas o privadas…”.

La situación contaminante de los suelos y el aire no es sólo atribuible a la periferia de la Ciudad de Buenos Aires, ya que dentro de sus límites hay sectores con extrema contaminación.

Ahora bien, cuáles son “algunas” de las causas de dicha contaminación de los suelos.

Los terrenos en que alguna vez existió o existe una estación de servicio están contaminados y el Gobierno de la Ciudad parece no tenerlo en cuenta a la hora de los negocios.

En la calle Lima e Independencia se descubrió, hace más de 27 años, que la nafta que goteaba sobre la estación subterránea “Independencia” provenía de la estación de servicio Shell, y que además, provocó una explosión. Subterráneos de Buenos Aires inició juicio al Gobierno de la Ciudad, cuya sentencia firme condena a Shell a remediar la contaminación a través del método “cambio de tierra”. Poco pudieron demostrar los profesionales de Subterráneos en cuanto a la contaminación, y poco hizo el Gobierno porteño para investigar qué pasaba, pero sí con los años solicitó la remoción de los peritos ingenieros, los mismos que en su momento se presentaron ante la Ciudad manifestando el problema serio de contaminación en la zona. Da mucho que pensar esta situación.

En el barrio de Barracas con la presentación de un Recurso de Amparo, reclamaron los vecinos “la realización de obras que impidan las filtraciones cloacales en los desagües” específicamente en las viviendas sobre la calle Río Cuarto (seis cuadras) altura 2200 y 2800. La causa tramita en el Juzgado Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad Autónoma de Bs.As., a cargo de la Dra. Fabiana Scharfrik, y en la misma se hace referencia a los reclamos ante el Gobierno Porteño, AYSA y ante ETTOS. El único que expresó una respuesta fue la Defensoría del Pueblo.

Contaminación de los arroyos de la Ciudad. En el 2005 la Universidad Nacional de San Martín presentó un trabajo en el que pone en alerta sobre la contaminación del arroyo Medrano, que recorre una parte de la provincia de Buenos Aires y de la Capital para desembocar en el Río de la Plata. El estudio arrojó que dicho arroyo presenta nitratos, nitritos, amonio, y colorantes del grupo anilinas provenientes de los efluentes cloacales e industriales no tratados, de todas las industrias radicadas en la zona, en especial en la cuenca superior. Lo que hace suponer que los otros arroyos subterráneos están en igual situación a lo que se suma el tan escandaloso “Riachuelo”.

Pero el caso puntual a tratar es la Villa 20, que ocupa 35 has. ubicada en el sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, dentro del barrio de Villa Lugano, con una población de más de 21.000 habitantes (año 2007) viviendo en condiciones de peligrosidad sobre...

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