Buenos Aires, escala de la selección

Un tejido de intereses económicos y políticos impulsó al seleccionado a alejarse de Buenos Aires. Se convirtió en pieza clave de un diseño que excede largamente el campo deportivo, al compás del crecimiento del ala dirigencial del interior del país en el corazón del comité ejecutivo de la AFA. Descentralizar sus actuaciones, un objetivo largamente buscado, se hacía realidad allá por 2009, con un amistoso de la selección local ante Panamá, en Santa Fe. Después, siguió una cadena de cotejos, siempre con la versión interna, por distintos puntos cardinales y ante oponentes que casi siempre bordearon el grotesco.Pero últimamente también se sumó la selección A, la auténtica, la de Leo Messi. Desde que los estadios de Mendoza, Córdoba y Colón fueron aprobados (tras las remodelaciones para la Copa América quedaron a salvo las indispensables localidades para protocolo y sponsors), el músculo comercial impulsó tan brioso interés por recorrer la geografía federal. Y hubo un elemento más que terminó de alentar la mudanza: el desinterés del público de la Capital Federal, que en los dos primeros partidos de esta ruta eliminatoria (Chile y Bolivia), prácticamente dejó desnudo al Monumental. En el tercer encuentro, ante Ecuador, algo repuntó la asistencia, pero ya era tarde: la selección abandonaba Núñez.Cuentan que el retorno se podría producir allá por octubre...

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