Bucear en la realidad social: estudios económicos que revelan datos que incomodan

Algunos tienen una historia de varios años. Entre los más recientes, hay algunos que le deben su existencia a la crisis de credibilidad que hiere a la estadística oficial en la Argentina. Los indicadores de la realidad económica y social elaborados a partir de investigaciones del ámbito académico o de entidades privadas ganaron protagonismo en los últimos años, algo que, al menos en parte, ocurrió a instancias de los efectos de la manipulación de datos en el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), iniciada en 2007.Más allá de la difusión que se les dé a esos números y de su impacto público, otra cuestión es si se los admite o no como lo que los investigadores pretenden en muchos casos que sean: un insumo básico y necesario para guiar el diseño de las políticas del país; un bien de carácter público que colabore con la información recabada por el sistema de estadística del Estado y que en ningún caso sea su reemplazo. Sí su complemento.Índices que son un llamado a no distraerse, porque permiten conocer la situación en la que viven los ciudadanos y las carencias sufridas por muchos de ellos; que reflejan cuánto suben los precios de bienes y servicios; que marcan cómo está la actividad en las empresas; que encienden una luz de alerta respecto de los déficits de infraestructura; que cuentan qué expectativas tiene la población... ¿Cómo se estructuran esos índices? ¿Quiénes y cómo preparan datos que intentan reflejar algo de nuestra sociedad?Estaba por terminar la década del 90 y mucho se hablaba sobre las obligaciones financieras externas del país, cuando la Comisión Episcopal Argentina invitó a mirar hacia dentro: "La gran deuda de los argentinos es la deuda social", advirtieron los obispos.Con el actual papa Francisco -entonces monseñor Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires- como "Gran Canciller" de la Universidad Católica Argentina (cargo máximo en esa casa de estudios), se creó un departamento especial para el análisis de los problemas de sectores vulnerables. Tal fue la génesis del Observatorio de la Deuda Social Argentina, nombre que el programa de investigaciones adoptó en 2004, cuando el sociólogo e investigador del Conicet, Agustín Salvia, presentó su proyecto para dar una estructura a los trabajos que se venían haciendo y procurar su continuidad.Hoy, la encuesta de la deuda social (EDSA) abarca a 5712 hogares, a los que llegan 120 encuestadores previamente capacitados y bajo la coordinación de 7 personas, para indagar sobre temas diversos, que van desde los ingresos dinerarios hasta la sensación de bienestar espiritual, pasando por la situación...

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