Breve Historia de la catedra libre de derechos humanos
Autor | Graciela Daleo |
El 27 de octubre de 1994 –mientras estaban en pleno auge el festín menemista, la religión oficial de la convertibilidad y el consumismo; cuando el “posibilismo” y “el fin de la historia” eran presentados como paradigmas de los nuevos tiempos-, se inauguró la Cátedra Libre de Derechos Humanos de la UBA en el ámbito de la Facultad de Filosofía y Letras y se designó a Osvaldo Bayer como su titular.
Este nacimiento se produjo a contracorriente de las mareas predominantes. Por su objeto y marco de reflexión: los derechos humanos; por su carácter de libre: promotora del debate de ideas sin pretensión de uniformidad ni cristalización de conclusiones, impulsado desde el conflicto y la problematización de la realidad; por su territorio: la educación superior en la universidad pública y en el ámbito de la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil.
Aun con las variables “de época” anotadas más arriba, no eran éstas las únicas relevables de la Argentina del 94. Los organismos de derechos humanos –los nacidos enfrentando a la dictadura cívico-militar inaugurada el 24 de marzo de 1976, los que existían de antes, los que se constituyeron ya durante los gobiernos constitucionales- seguían exigiendo cárcel a los genocidas, aun cuando los gobiernos de Alfonsín y Menem les habían construido la impunidad a medida. Nuevos colectivos se organizaban para hacer enfrentar la represión policial e institucional y la impunidad de los poderes feudales en las provincias; en el Gran Buenos Aires y en el interior del país empezaban a juntarse los trabajadores desocupados; estudiantes y docentes cuestionaban la Ley Federal de Educación; organizaciones sociales y de derechos humanos ensanchaban a su dimensión verdadera el alcance de esos derechos.
El Centro de Estudiantes de Filosofía propuso entonces crear una cátedra libre de derechos humanos y poner a su frente a Osvaldo Bayer, “historiador que con sus investigaciones sobre las luchas sociales en el sur argentino, ‘des-cubrió’ parte del disciplinamiento sangriento sobre el que se ha constituido nuestro Estado Nacional”. La Resolución 426 del 8/6/94 de la UBA le reconoció su continua acción bregando “por los ideales democráticos” y “su magnífica trayectoria centrada en los valores éticos y la defensa de los derechos humanos” al designarlo profesor honorario de la UBA, y titular de la Cátedra. Sergio Nicanoff, presidente del Cefyl, afirmó en el acto inaugural: “El estudiantado se enorgullece de que esta Cátedra sea una realidad y que su lugar sea la Facultad de Filosofía y Letras. Se enorgullece de que sea una cátedra libre, porque creemos que recupera lo mejor de la UBA, la relación abierta y profunda con la sociedad y la posibilidad de abrir un camino de discusión y participación popular”.
La resolución que institucionaliza la Cátedra sostiene: “La Universidad debe perseverar en sus mejores tradiciones del pensamiento crítico y expresar la dimensión ética hacia el interior y como una contribución insoslayable hacia la conformación de una cultura política que albergue la pluralidad y diversidad de ideas. Crear en el ámbito de la UBA un espacio dedicado al...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba