De Brasil a México, de Cristina a Alberto

En 2003, apenas lo designaron canciller, Rafael Bielsa afirmó que Brasil, dado su liderazgo regional, merecía ocupar una banca permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Esa declaración enfureció a los mexicanos: una vieja doctrina compartida con ellos aconsejaba defender la conquista de una banca rotativa para los tres países. Bielsa moderó su propuesta.Pero aquel detalle revelaba un criterio: la predilección del kirchnerismo por la alianza con el Brasil de Lula da Silva. En su nueva versión, el mismo grupo político ha invertido esa política. Alberto Fernández estableció una alianza casi automática con México y un contrapunto permanente con Brasil. El juego no tiene que ver sólo con afinidades conceptuales. Obedece también a expectativas económicas. El Gobierno ve en México un inventario de oportunidades. Y en Brasil, una amenaza.La última manifestación de este enfoque diplomático es la relevancia que le ha otorgado Felipe Solá a su participación en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se está celebrando en México, país que ejerce la presidencia pro tempore del club. La Celac es la organización regional que más cómoda le sienta a la Cancillería argentina. Con la OEA, sobre todo con su secretario general Luis Almagro, hay un enfrentamiento desde la crisis boliviana. La Unasur es un fantasma. En el Mercosur los vecinos: Brasil, Paraguay y Uruguay, están bajo administradores de centro o de derecha. La Celac también es confortable porque el Brasil de Jair Bolsonaro y la Bolivia de Jeanine Áñez resolvieron no participar de la reunión.Eso no garantiza del todo que Solá la pase bien. Él también tiene roces con los venezolanos. Nicolás Maduro envió a su canciller Jorge Rodríguez, que llega arrastrando el fracaso del intento de copar la Asamblea Nacional. La pretensión de imponer por la fuerza al oficialista Luis Parra obedecía a una necesidad que va más allá de ejercer un control autoritario. Maduro requiere un mínimo aval de la legislatura para inversiones que son indispensables. Es un requisito que le exigen hasta sus amigos los rusos. No lo consiguió. Juan Guaidó, reconocido por más de 50 países como el presidente encargado de Venezuela, fue reelecto.La asonada chavista tuvo un efecto catastrófico, porque motivó la condena de algunos gobiernos condescendientes con su deriva dictatorial. Entre ellos, México y la Argentina, que frente a la interminable crisis venezolana adoptan...

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