Boudou denunció una operación en su contra del juez que lo investiga

Solo y con el rostro tenso, Amado Boudou ingresó en el Salón Illia, en el primer piso del Senado, con cuatro hojas escritas a mano que apenas miró durante los 45 minutos en los que atacó a la Justicia, a empresas, instituciones y a la prensa. En una exposición ante periodistas, a los que no les permitió hacer preguntas, el vicepresidente criticó ayer con inusual dureza la labor del juez Daniel Rafecas, a cargo de la causa en la que se lo investiga por supuesto tráfico de influencias a favor de la ex imprenta Ciccone.

"Esta es una novela mediática de la mafia de Magnetto [Héctor, CEO del Grupo Clarín] y de la agencia de noticias de Rafecas", sostuvo Boudou, un día después del allanamiento realizado en un departamento de su propiedad -actualmente alquilado-, en Puerto Madero.

No dio explicaciones sobre ese operativo y el hallazgo judicial que podría vincularlo con Alejandro Vandenbroele, el presidente de la sociedad que controla la ex Ciccone. Sin matices, acusó al magistrado de haber "urdido un plan" para perjudicarlo y de filtrar información a los periodistas. La avanzada, con respaldo de Olivos, no quedará en la retórica: aunque no haya una denuncia contra el juez en el Consejo de la Magistratura, en el oficialismo confirmaron a La Nacion que la próxima semana ese cuerpo se abocará a indagar las declaraciones del vicepresidente.

En su descargo, Boudou incluyó intrigantes mensajes internos. Está convencido de que, como estrategia defensiva, debe librar una "batalla política" y no judicial.

Ayer sembró sospechas sobre el estudio jurídico fundado por el procurador general de la Nación, Esteban Righi, que aún hoy está integrado por el hijo y la mujer del jefe de los fiscales.

Otro destinatario, dentro del kirchnerismo, fue el gobernador Daniel Scioli. Aunque no lo mencionó, apuntó al negocio del juego en la provincia de Buenos Aires y su vínculo con la empresa Boldt, a la que también sindica de haber orquestado una operación en su contra.

El contraataque del vicepresidente causó conmoción en el mundo político y en el judicial: hubo reacciones críticas de los bloques legislativos de la oposición y de la Asociación de Magistrados, que defendió a Rafecas.

Con Cristina Kirchner en El Calafate, Boudou definió los ejes de su interlocución ayer a la mañana. Llegó al Senado pasadas las 12 y se encerró con sus íntimos en el despacho, hasta las 13.30, cuando apareció frente a las cámaras. Recalcó, varias veces, que era un vicepresidente votado en...

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