Al borde de la eliminación y ante una muralla casi infranqueable

PRAGA.- La distancia, amplia en los pronósticos, se hizo tan enorme como correspondía en los hechos. No le alcanzó a la Argentina con el enorme esfuerzo desplegado por Leonardo Mayer, en un partido a corazón abierto; menos aún con una discreta performance de Juan Mónaco. Con lógica implacable, la República Checa domina por 2-0 la semifinal sobre nuestro país, sobre el acrílico del O2 Arena de esta ciudad. ¿Previsible? Sí, claramente. ¿Doloroso? También. Porque el 0-2 deja al equipo de nuestro país muy cerca de despedirse de la Copa Davis por esta temporada.La bella Praga acaso no tenga las fortificaciones de hace siglos, pero el equipo checo supo convertirse en una muralla casi imposible de vulnerar; por algo son los actuales dueños de la Ensaladera, y con la ventaja lograda en el primer día de acción están a un paso de llegar a la final por segundo año consecutivo.Hoy, desde las 9.30, Carlos Berlocq y Horacio Zeballos entrarán a la cancha para enfrentarse contra Berdych y Stepanek, ya confirmados por el capitán Jaroslav Navratil. Los checos no vacilan y están dispuestos a sentenciar la llave tan pronto como sea posible, con una pareja de antecedentes cercanos a la perfección, con un récord copero de 12 triunfos y apenas una derrota. Sin margen para equivocaciones, los argentinos deberán ganar para estirar la ilusión; como contrapartida, la historia indica que jamás nuestro país revirtió un 0-2 en la Davis. Así de difícil es la realidad. Pero así como este resultado encajaba dentro de lo esperable, justo es mencionar que entregó lecturas con matices para analizar.De la primera jornada, lo más rescatable fue la actuación de Mayer, más allá de la chapa del resultado. El correntino, a despecho de las limitaciones, demostró estar a la altura de un partido dificilísimo como lo era chocar contra el número 5 del mundo; encima, con la presión de entrar 0-1 tras la derrota de Pico. Frente a un adversario como Berdych, de estilo potente e impactos planos, Mayer desplegó su juego de puntos rápidos; tomó muchos riesgos, sí, pero en un terreno veloz surgía la necesidad de ser agresivo para jugar lo más posible a la par de Berdych, y si surgían posibilidades, aprovecharlas.El Yacaré hizo los deberes: sacó bien, buscó los ángulos cada vez que pudo, y así se generó la chance, con un quiebre para ponerse 4-3 y su saque; se desconcentró en un smash que tiró contra el fondo, producto de un zapatazo que dio Berdych contra el piso y que debió ser sancionado como `hindrance'...

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