Una bonanza que no se ve: la economía de EE.UU. crece, pero también el malestar

WASHINGTON.- Dentro de 80 días, la Casa Blanca tendrá nuevo ocupante. Desde su balcón verá el río Potomac y, a su vera, las mansiones más opulentas de la ciudad. Si hay un epicentro rico es ese barrio donde el ingreso medio supera el medio millón de dólares al año.

Es más que una escenografía. La mayoría de los norteamericanos desconfía de la burbuja en que sus líderes viven en Washington. Se enojan, protestan y sienten que la creciente desigualdad y su retroceso económico convierte en fantasía el famoso sueño americano.

Expresan la noción de que, por mucho que los grandes números macroeconómicos vayan bien, la economía diaria les roba el futuro y, sobre todo, el optimismo sin límites que fue distintivo de esta sociedad. Una convicción basada en la certeza de que el progreso se alcanza por el esfuerzo, que quien trabaja prospera y que los hijos vivirán una vida mejor que la de sus padres.

Más que de esa cultura, estos son días de queja. Una protesta que, vista de lejos y con los datos sobre la mesa, a muchos les suena a contrasentido. En rápida síntesis: a su ritmo, con el 1,5% en el semestre pasado, la economía crece. Un dato que cobra dimensión si se parte de la recesión y la crisis de la burbuja financiera que signaron el fin de la gestión del republicano George W. Bush.

Desde aquellos grises días de 2009 a éstos, la tasa de desempleo bajó a la mitad: de un promedio del 10 al 5%. Las estadísticas dicen que el ingreso promedio aumentó el 5,2% el año pasado, algo notable para el estándar local. Más importante aún, ese aumento se registró, sobre todo, en las clases media y baja, lo que hizo que más de tres millones de personas salieran del rubro de pobreza.

¿Por qué, entonces, si las cosas no van mal hay tanto enojo y el ciudadano medio se queja de que le va cada vez peor? ¿Por qué las multitudes asienten, celebran y se identifican cuando el republicano Donald Trump dice que la economía es -como suele repetir- "un desastre"?

"Por un lado, si bien es cierto que hay una mejora, en términos comparativos aún queda mucho por recuperar luego de años de salarios estancados y retroceso. Y segundo, porque a eso se suma la indignación que causa la creciente desigualdad", dijo a LA NACION Richard Lasker, profesor de Historia Económica de la Universidad de Nueva York.

Las estadísticas apoyan su lectura. Según la última medición del reconocido Instituto Pew, la clase media se viene encogiendo. Ahora representa menos de la mitad de la población: el 49%...

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