La noche bonaerense poco cambió con las leyes de nocturnidad

LA PLATA.- Un año transcurrió desde que comenzaron a aplicarse las leyes de nocturnidad que regulan el horario y el expendio de alcohol en la provincia de Buenos Aires; sin embargo, muy pocos propietarios de boliches fueron apercibidos por cometer infracciones y así las faltas vuelven a repetirse cada fin de semana.Según datos proporcionados por el Ministerio de Desarrollo Social bonaerense, de los 3241 operativos que realizaron los inspectores de ese organismo durante este último año en locales nocturnos (bares y discotecas) se cerraron, aunque sólo momentánea y preventivamente, ya que los inspectores no son la autoridad de aplicación de las leyes, 856 boliches por presentar irregularidades (el 26%). De ese número, sólo hubo sentencia judicial en 38 de los casos y el 36% de ellos fue clausurado durante cinco días y obligado a pagar una multa de unos 1000 pesos. Los propietarios de los otros locales fueron absueltos o la causa fue declarada nula.Estos tribunales son los que deben aplicar las sanciones que establecen las leyes: multas de hasta 100.000 pesos y un posible arresto para el infractor. En diálogo con La Nacion, el ministro de Desarrollo Social, Baldomero Alvarez de Olivera, responsabilizó, como lo hiciera hace unos meses el gobernador Daniel Scioli, a la Justicia por los "escasos" resultados de las leyes de nocturnidad. "Los expedientes no son tomados con responsabilidad y de manera seria por los juzgados de faltas o de paz. No asumen que estos casos son de vida o muerte", enfatizó el funcionario.Aunque las leyes existen, la falencia al momento de penar a los empresarios que infringen las medidas se hace notable cuando cae la noche. En una recorrida por el sur del conurbano, La Nacion pudo comprobar que en uno de los más concurridos boliches de Quilmes los jóvenes, a pie y en automóvil, seguían ingresando al local después de las 2 sin que nadie se los impidiera. Es destacable que ese mismo lugar ya estaba al 90% de su capacidad varios minutos antes del horario impuesto por las leyes. Alvarez de Olivera reconoció este punto: "Tiene que ver con la costumbre, pero los chicos se están adecuando a los horarios. Es una cuestión de tiempo".El mismo descontrol se observaba en el centro comercial de ese municipio, donde se localiza la mayor cantidad de bares y pubs. La gente entraba y salía de los locales sin preocuparse por la hora que marcaban las agujas del reloj...

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