Bolsillos afectados: la inflación acelerada y sus impactos en la economía cotidiana
El último tramo de un año de bolsillos devaluados no traería, ya se sabe, buenas noticias. Hasta hace poco menos de dos meses, con un dólar cotizando a menos de 30 pesos, varios economistas pronosticaban para los últimos meses de 2018 un recorte de la pérdida de poder adquisitivo que los ingresos de los hogares habían sufrido hasta entonces.Los datos de la realidad cambiaron. Y las expectativas, también. Las proyecciones actuales referidas a la caída del ingreso medido en términos reales (en función de su poder de compra) indican que se elevaría en los próximos meses. En el estudio Ferreres & Asociados estiman que, a diciembre próximo, habría una baja interanual superior al 12%.Todo depende, claro, de la esperada y de la capacidad que se les asigne a las negociaciones salariales de recuperar algo del terreno perdido para lo que llega a los bolsillos de los trabajadores.¿Cómo se mide la variación del ingreso en términos reales? En el supuesto de una inflación del 45% y de una suba salarial de 30%, lo que en un momento costaba 100 pasa a valer 145. Si quien antes tenía los 100 pesos para acceder a esa canasta hipotética de productos ahora cuenta con 130 pesos, entonces podrá comprar el 89,6% de lo que podía adquirir antes (ese es el porcentaje que representan los 130 sobre los 145).Respecto del nivel de de precios que se acumularía a diciembre, el último dato del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) -que publica el Banco Central sobre la base de las respuestas de más de 60 consultoras y centros de estudios económicos-, señala que la proyección hecha durante los últimos días de agosto era de 40,3%. Tras conocerse el índice de precios del octavo mes del año, para algunas consultoras la inflación estimada para todo 2018 se acerca ahora más al 45%. En FIEL, por caso, la estimación es del 44%.¿Cuánto de la suba del dólar de los últimos tiempos se trasladará finalmente a los precios de bienes y servicios, si aún no ocurrió? Según responde el economista Daniel Heymann, profesor en la UBA y en la Universidad de San Andrés, en la Argentina el nivel de pase de la devaluación a los valores de lo que se consume es por lo general muy alto, pero hay que considerar que "no hay algo mecánico" en esta cuestión."La recesión, que es una mala noticia, puede contener en algo la suba de precios; hoy las ventas están deprimidas", señala. Y recuerda que en 2002 el llamado pass through fue bajo. "Eso tuvo que ver, en parte, con la memoria de corto plazo, porque se venía de un período sin inflación, pero también estuvo vinculado con la recesión", explica. Y, al volver al análisis del presente, señala que el hecho de que la inflación de agosto haya sido menor al 4% "no es mala noticia" en un escenario como el de este año. Pero lo que viene hacia adelante es incierto, según advierte.En cuanto a los salarios, en buena medida la posibilidad de alguna recuperación dependerá de la capacidad de renegociación de los convenios firmados en un escenario muy diferente al actual. Varios acuerdos incluyeron este año cláusulas de revisión, que disponen que en un momento determinado se evalúe cómo quedaron los ingresos de los asalariados frente a la inflación. En algunos casos, las renegociaciones derivarán en recomposiciones que se harán efectivas durante 2019.La inflación acelerada tendrá diferentes repercusiones en la vida cotidiana. A continuación se analiza el impacto en seis aspectos: los salarios; las jubilaciones y prestaciones sociales; la carga de Ganancias y el monotributo...
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