Bocanada de aire

Le tiembla el pulso a cualquiera. Se estremece hasta el de cuero más grueso. Cruza el campo de juego y se deshacen las tribunas por Carlos Bianchi. Se rompen las gargantas de los hinchas para decirle al Virrey que no pasa nada. Corren como nunca, les falta juego, pero dejan la piel. Se equivocan como casi siempre, pero intentan demostrar que se la juegan por su conductor. Como si las incomodidades y las miradas desconfiadas hubieran quedado postergadas. Ganó Boca y después de 12 partidos sin poder sentir ese sabor tan especial, todos se embriagan de pasión en el primer triunfo de 2014. Y él, el Virrey, se emociona cuando la gente le rinde pleitesías. Si hasta se permite decir después de la victoria: "Quiero irme a tomar un vinito con gusto a vino" (sic) . Una bocanada de aire. Una señal para sentir que la sangre vuelve a hervir. Que el sol brilla en la cara del entrenador más ganador de la historia.Aguantó los embates y desde el silencio supo cómo campear la tormenta. Está cansado, sí, pero el cabezazo de Gigliotti que le dio la victoria a Boca y las ganas colectivas de los suyos le ofrecieron una nueva inyección de ánimo. Porque el Virrey entiende el contexto mejor que nadie, por eso tomó determinaciones. De las importantes y de las emocionales. Entendió que Grana y Sánchez Miño debían salir del equipo e ingresar Leandro Marín y Luciano Acosta. No dudó. Y también era tiempo de tener a su lado a Juan Román Riquelme. Con todo lo que eso implica. Pero era la tarde de Bianchi y su mejor hombre fue un actor de reparto. Todos tenían la necesidad de decirle al entrenador que la paciencia con él no está agotada, que no hay frase del Daniel Angelici que a los hinchas los haga temblar.La Bombonera habló y fue contundente. Se expresó hasta con banderas. "La gloria no se mancha. Gracias Virrey. Te amamos" . El DT se conmovió: "Tengo agradecimiento para la gente de Boca, como siempre lo dije desde que volví. En los 5 años precedentes no había tenido este respaldo de ellos. En la mala, la gente de Boca corresponde con un aliento que hace que uno...

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