Boca rumbo a lo desconocido

Hace seis días Boca entró en un trance que no imaginó. Los muchachos de Julio Falcioni transitan un camino completamente nuevo para ellos. El más enrevesado de los trazados que podía haber imaginado. Incluso, jamás lo pensó de esta manera. Quizá por eso se potencian las dudas de cómo responderá este grupo a la adversidad, en función de un futuro que lo exige al máximo. Es tan desconocido para los xeneizes haber recibido casi los mismos goles en dos juegos (ante Fluminense e Independiente) que los que les marcaron en los últimos 6 meses que cuesta encontrarle una explicación exclusiva a un temblor de estas características. Después de 33 partidos sin derrotas, también quedó parado en un terreno que en los últimos 11 meses no había transitado. Pero lo más intrigante será ver cómo recompone futbolísticamente un presente en el que se desembocó por las grietas que exceden a la pelota.Varias cuestiones ponen a Boca en este lugar incómodo. Lo que sucedió en los dos últimos partidos no fue más que la consecuencia de un desgaste que se advertía desde el comienzo de 2012. Aquello del gusto futbolístico quedó en el centro de la escena, pero -en realidad- lo que Boca estaba mostrando en los últimos partidos eran algunos problemas en las piezas que en el último torneo le habían permitido convertirse en una maquinaria perfectamente ensamblada.Ahora se deben reconfigurar los movimientos para volver a consolidar el bloque defensivo. Rolando Schiavi no estuvo ante Fluminense porque estaba complicada su rodilla y no llegó al ciento por ciento físicamente ante Independiente. Y Boca lo pagó, puntualmente en el último gol. No contó con Juan Insaurralde, que estaba suspendido y le dio la responsabilidad a Caruzzo, que no estuvo en el mejor nivel en los dos compromisos. Y tampoco contó con Clemente Rodríguez ante Independiente, que está dosificando esfuerzos para poder estar en condiciones para el juego de mañana ante Arsenal, en Sarandí.Allí Boca se jugará buena parte de sus posibilidades para clasificarse a la segunda etapa de la Copa Libertadores, una obsesión colectiva.En la defensa estuvo buena parte de las razones de la caída de Boca ante Fluminense y los Rojos. Las debilidades en la última línea resultaron evidentes, como también lo fueron las respuestas anímicas del resto del grupo para sostener marcas que antes se resolvían sin contratiempos. "Si nos hicieron cinco goles, quiere decir que defensivamente no anduvimos bien", dijo Agustín Orion después de la histórica caída...

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