Boca hace un hábito del triunfo

En la rotación para armar un equipo se corre el riesgo de perder el rumbo, pero Boca igual encuentra jugadores que lo llevan por la dirección correcta, que lo mantienen en una senda ganadora, aun en producciones discretas como la de ayer. Algunos de esos futbolistas conocen el peso del timonel de un trasatlántico como Boca. Es el caso de Gago, que pide la pelota, juega, ordena y corrige. Se equivoca también a veces; inevitable en alguien que pretende ser omnipresente en el desarrollo.

Hay otros que acaban de llegar y se adaptan rápidamente, sin sucumbir a la presión de un desafío mayúsculo. El más importante de todos ellos es Lodeiro, un 10 que sin tener las características de Riquelme le hace sentir a Boca que vuelve a tener un conductor, un jugador con panorama, ligero, rápído en el pase y aplicado tácticamente en el retroceso para recuperar la pelota. Alrededor del uruguayo no hay todo el barullo mediático que rodeó la incorporación de Osvaldo, pero ya sacó ventajas para ir siendo considerado el mejor refuerzo. Cuando fue reemplazado, ya exhausto, desde las tribunas bajo ese aplauso sostenido que premia el trabajo bien hecho.

La lista podría continuar con Sara, que todavía no recibió goles entre amistosos (los dos clásicos ante River) y oficiales. Responde como un arquero de equipo grande: atajadas decisivas en las pocas llegadas que recibe. Ayer le tapó los tres remates que a Pol Fernández le quedaron en situación de gol. Orión tendrá que cuidarse de cometer excesos como ante Temperley; Sara pinta para ser bastante más que un suplente para cubrir ausencias esporádicas. Y Torsiglieri se está revelando como un zaguero siempre bien posicionado, firme y con don de mando. Con Cata Díaz se potencian mutuamente para conformar una zaga rigurosa.

Respecto de la formación que el jueves había vencido a Montevideo Wanderers por la Copa Libertadores, Boca tuvo ayer ocho cambios. Parecen demasiados para sostener una identidad de juego. No sólo por una cuestión de nombres, sino también de planteos. Arruabarrena empezó con un solo delantero (Calleri) y terminó con tres (Calleri, Osvaldo y Martínez). Boca atraviesa por un momento de confianza y optimismo, pero todavía no está tan aceitado como para absorber tantos retoques sin que se resienta el funcionamiento general.

Con un rendimiento discontinuo, imprecisiones varias y una concentración inicial de volantes que le restó profundidad a Boca iugal puede alcanzarle para vencer a Atlético Rafaela, que...

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