Boca encontró una pequeña luz en la Bombonera

Siempre es bueno ganar y no recibir goles. Fue importante abrir la serie de los cuartos de final de la Copa Libertadores con una victoria, además, cuando ese triunfo se cosecha como local sin recibir tantos. El asunto está concentrado en las formas, en lo que Boca pudo haber logrado y no consiguió.En ese escenario está parado el conjunto xeneize. Siente que cumplió con su objetivo y se impuso a Fluminense, aunque también es consciente de que sabe a poco un éxito por 1-0. Por el contexto, por cómo se dio el juego, por el hombre de más... Por todo esto, las sensaciones no se ajustan estrictamente al resultado, sino a un equipo poco sagaz para descubrir por donde quebrar a un rival que se defendió con alta eficiencia.Tampoco se trata de creer que Boca no podrá establecer sus condiciones en la visita a Río de Janeiro, el miércoles próximo, en el estadio João Havelange. Nada de eso, porque ya demostró en ese mismo lugar ser superior a Fluminense y lo venció por 2-0 en la etapa de grupos. El asunto es que anoche tuvo una gran chance de establecer una buena diferencia, porque el rival perdió a Carlinhos a los 33 minutos del primer tiempo por una expulsión. Boca jugó 61 minutos con un hombre más. Y aún con esa enorme diferencia no pudo torcer por completo la voluntad del equipo brasileño.Lo ganó por el peso específico de las individualidades, porque el rival abandonó su estrategia original de presionar sobre el balón, se replegó y porque el árbitro del encuentro, el colombiano José Buitrago, no cobró un penal clarísimo de Facundo Roncaglia sobre el final del primer tiempo con el juego 0-0.Boca buscó la victoria. Nada se podrá reprochar en ese sentido. En la primera parte estuvo cerca de lograrlo con acciones de balón detenido, con Schiavi como estandarte. Además, tuvo un Mouche intenso y un Riquelme buscando las grietas de la muralla defensiva que propuso el adversario.La postura cautelosa de Fluminense se potenció a partir de la expulsión de Carlinhos. Por eso el DT Falcioni eligió sacar un volante defensivo [Erbes] y agregar un tercer delantero [Blandi] para jugar el segundo tiempo. Y lejos de avasallar al equipo carioca, Boca quedó desnudo en su falta de ideas. No supo manejar la ansiedad, ni encontró la lucidez suficiente. Todo quedó muy atado a Riquelme, a lo que él pudiese fabricar. Y claro, cuando el N° 10 xeneize no está ciento por ciento encendido y está bien cubierto por la línea de volantes contrario, todo es más difícil.Tuvo un instante de buena...

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