Bob Fosse revive en Villa Urquiza

Se lo podría imaginar con una sonrisa leve y pícara, deslizándose suavemente a través de pequeños pasos, con sus rodillas dobladas hacia adentro y su cuerpo aparentemente relajado; luego bajaría su sombrero por su frente y miraría en forma provocativa por debajo? sin dejar de deslizarse ni quebrar las rodillas. Se trata de Bob Fosse, aquel señor que cambió para siempre no sólo las artes del movimiento, sino a la forma de hacer musicales. Fue un dramaturgo de la danza y, de algún modo, les hizo entender a los bailarines que no sólo se trata de bailar.

Ya era tiempo de que el musical criollo, que tiene tantos adoradores de Fosse, apuntara su mirada hacia su estilo y su figura. Gustavo Wons es el bailarín, coreógrafo y director que se atrevió a rendirle el tributo merecido en un esperado musical que se estrena hoy en el Teatro 25 de Mayo: El gran final.

La historia de la adoración argentina hacia Fosse data desde que se estrenó Pippin, en 1974. En aquella oportunidad se enojó un poco, ya que don Alejandro Romay modificó casi toda la puesta original. Luego el furor continuó con el primer estreno de Chicago (obra que escribió junto con Fred Ebb, con música de John Kander), en 1977, y posteriormente vino a Buenos Aires para el estreno cinematográfico de All That Jazz, en una cortísima visita.

Pero las nuevas generaciones que admiran a Bob Fosse comenzaron ese idilio con los reestrenos de Chicago, en 2001 y 2010. Esa puesta original de Walter Bobbie, con coreografía de Ann Reinking (una de las musas de Fosse), ascética, sexual e impactante, generó devotos. Hoy en día es un estilo que se enseña y se practica en las escuelas de baile y de teatro musical.

Gustavo Wons fue dance captain en la Chicago de 2001, repositor coreográfico de la última versión y uno de los que se vieron cautivados por el estilo del genio cuando le tocó interpretarlo. "Cuando trabajé en Chicago pude sentirlo en el cuerpo, supe qué era bailar ese estilo. Ahí me di cuenta de que me apasionaba y que tenía mucho que ver conmigo", confiesa. Luego se dedicó a investigarlo y estudiarlo, se fue a vivir a los Estados Unidos y allí pudo profundizar su búsqueda. "Fosse se transformó en una figura que me marcó y me guió durante mucho tiempo. Primero en su laburo. Me apasionaron su estilo, su estética, esa forma oscura de contar las cosas. Los peores dramas podían ser atractivos bajo su mirada. En cuanto a lo coreográfico, bailar su estilo es casi orgásmico", describe Wons, que no sólo...

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