Billetera, lobby y astucia para los negocios

http://buscar.lanacion.com.ar/'Carlos%20Bulgheroni'es un empresario acostumbrado a dar pelea en grandes batallas, en diferentes planos. Su contienda más importante comenzó a disputarla en los años 70 y aún continúa. En 1973, antes de cumplir 30 años, le diagnosticaron cáncer en los ganglios. Fue a atenderse a un centro médico de Stanford, en Estados Unidos, donde le dijeron que le quedaban pocos meses de vida.Esa idea nunca se le cruzó por la cabeza. Bulgheroni avanzó con un intenso tratamiento y hoy visita cuando es necesario la Clínica Mayo, en aquel país. Quienes lo conocen creen que la debilidad de su salud lo hizo fuerte en los negocios, casi sin temores. Con esa templanza fue a negociar con los líderes fundamentalistas de Asia Central para hacer un gasoducto que cruzaría Medio Oriente y llevaría a los consumidores el gas que tenía previsto producir en Turkmenistán. Perdió el negocio a manos de la norteamericana Unocal, pero ganó un juicio multimillonario. También un trofeo tácito para su vitrina: fue el primer empresario occidental en hacer negocios con los talibanes.Su cercana relación con los gobiernos quedó plasmada en una frase: "Los empresarios somos cortesanos del poder", dijo en una reunión en los 90. Por aquellos años, no dudó en ofrecer su avión privado para llevar a Carlos Menem Jr., hijo del entonces presidente, a operarse de la rodilla en Estados Unidos.En noviembre de 2003 se reunió por primera vez con http://buscar.lanacion.com.ar/N%C3%A9stor%20Kirchnercomo presidente, a quien casi no había tenido en cuenta durante la gobernación de Santa Cruz. Un mes antes, el líder patagónico había anunciado la reanudación de una demanda contra Bridas, la empresa de Bulgheroni...

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