Bienvenida a las rejas en Villa Lugano

Reinaldo Mendoza, un jubilado del barrio conocido como Piedrabuena viejo, en Villa Lugano, ya imaginaba el arbolado parque del frente de su casa sin caballos pastando ni autos quemados ni merodeadores escondidos en la oscuridad. Estaba convencido de que el cerco de reja de 258 metros lineales que tiene previsto levantar el gobierno porteño sobre la avenida Castañares será la solución.La iniciativa, publicada la semana pasada en el Boletín Oficial, que contempla el llamado a licitación para la provisión y colocación de rejas en el barrio Piedrabuena por un monto de 150.000 pesos, responde a una demanda de los vecinos, que data de 2006, con el fin de evitar el ingreso de ganado que deambula por la zona a un parque situado sobre una margen del barrio, y por razones de seguridad."No es una reja perimetral que no deja ingresar al barrio; es una barrera física entre el espacio público, la vereda y los jardines", dijo a La Nacion el subsecretario de Atención Ciudadana del gobierno de la ciudad, Eduardo Machiavelli, quien justificó la medida porque "es en beneficio de los vecinos que con sus impuestos pagan la iluminación y el cuidado del parque".Según explicó el funcionario, son tres los objetivos de la cerca que se levantará sobre la avenida Castañares: contener el ingreso del ganado que frecuenta los jardines; delimitar el barrio de la vereda para impedir que se estacionen carros, y evitar actos de pillaje, comunes en la zona por la cercanía a la General Paz.Piedrabuena viejo es un barrio de clase media, que linda con el predio donde la Fundación Madres de Plaza de Mayo construye unas 780 viviendas. En cuestión de tiempo, ambos barrios quedarán divididos por la cerca. Tanto los vecinos como el gobierno porteño, sin embargo, niegan que la cerca tenga relación alguna con el proyecto de viviendas sociales, alegando que la demanda vecinal es anterior.Como en el Far WestMás allá del peligro que acarrean los animales sueltos, se evidencia en las quejas y la efusividad de los vecinos del barrio -y también de otras zonas menos favorecidas de Villa Lugano- que lo que más los preocupa es la inseguridad."Con la reja, si alguien te arrebata le quedan menos caminos para escaparse. Y así quizá esto deja de ser el F ar West", dijo Mendoza, mientras señalaba unas manchas de zapatilla sobre la pared blanca de una casa vecina, en alquiler. Según dice, durante la noche hay extraños que se meten adentro.Parada a su lado, Ermelinda Perrone, empleada de un...

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