Los bienes culturales, poco protegidos

Monumentos históricos; emblemas arquitectónicas de una época que pasó; áreas patrimoniales nutridas de memoria y valiosas moradas que la ciudad desea conservar. Buenos Aires tiene hoy más de 3000 edificios y áreas protegidas por un abanico de leyes, mientras que otros 8000 sitios están en vías de conseguir esa denominación. Son espacios portadores del ADN de la porteñidad, como los 60 bares notables, catalogados como parte del patrimonio cultural, que lograron conservar el estilo y el espíritu de antaño.Sin embargo, algunos de estos http://www.lanacion.com.ar/1401139-no-podran-cambiar-la-confiteria-richmond suelen caer en la desgracia del olvido, en el abandono más triste por la imposibilidad de sus propietarios de mantenerlos económicamente redituables, sin que el Estado pueda hacer mucho más que emitir declaraciones bienintencionadas que, a menudo, sólo impiden un negocio privado, pero no evitan la decadencia.El cierre de la tradicional http://www.lanacion.com.ar/1398578-tras-la-reunion-en-trabajo-levantan-la-toma-de-la-richmond , que iba a convertirse en un local de venta de ropa deportiva sobre la calle Florida, es el ejemplo más reciente de un conflicto de intereses entre legítimos propietarios tentados a aceptar un negocio que puede resultarles beneficioso, pero obligados a responder a una ley que les impedirá cambiar la fachada, el estilo o la actividad del comercio.Como consecuencia, distintos inmuebles quedan en desuso, congelados en el tiempo. El ejemplo más reciente es el del pasaje La Cuadra, en la zona de La Imprenta, en Palermo, cerrado desde hace meses luego de que se impidiera la concreción de un negocio inmobiliario que amenazaba su histórica fachada.En otros casos, como el de la confitería Del Molino, en Callao y Rivadavia, o el del edificio de la ex tienda Harrods, en la peatonal Florida, el Estado no impide que sus dueños mantengan abandonados emblemas del pasado de la ciudad.Los especialistas en patrimonio histórico, arquitectura, desarrollo y urbanismo abrieron una discusión sobre la protección patrimonial de bienes privados, y la mayoría coincide en que el Estado y la sociedad deberían subsidiar o resarcir a quienes tengan una propiedad bajo este título, algo que en la práctica hoy no ocurre.Enrique García Espil, presidente de la Sociedad Central de Arquitectos, dijo a LA NACION: "Los edificios catalogados tienen determinados valores arquitectónicos o artísticos, o bien representan hitos de referencia. Lo que hace falta cuando se...

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