"Bien tratada, la diabetes tiene muy buen pronóstico"

La insulina es una hormona vital para el organismo. Producida por células especializadas del páncreas (los islotes de Langerhans) y vertida en el torrente sanguíneo, permite que el organismo utilice la glucosa para los procesos que requieren energía. Pero si es imprescindible para todos, su acción como reguladora del crecimiento y el desarrollo en los chicos es decisiva."Un chico que no recibe suficiente cantidad de insulina no crece ni se desarrolla -afirma la doctora Olga Ramos, presidenta de la 36° Reunión de la Sociedad Internacional de Diabetes en Niños y Adolescentes, que por primera vez se hace en un país de América latina-. Es lo que se llamó el síndrome de Mauriac: niños que, porque recibían menos insulina de la que requerían, tenían las manos y los pies pequeños, a lo mejor a los quince años medían 1,30 m y no se desarrollaban hasta los 18. Una vez, un chiquito me dijo: «La insulina es vida». ¿No es una definición maravillosa?"Desde mañana hasta el viernes, más de mil especialistas encabezados por la doctora Ramos pasarán revista a los últimos avances en diabetes infantojuvenil (en general, la llamada tipo I), que es precisamente la patología que se desencadena cuando los islotes pancreáticos no pueden producir insulina, las células dejan de recibir la glucosa que les aporta energía y aquella se acumula en la sangre. Abordarán la posibilidad de tratamientos con células madre, las bombas de infusión de insulina con sensores de glucemia, los problemas psicoemocionales, y las complicaciones agudas y crónicas del niño...

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