La biblioteca, una forma de la locura

El ordenamiento de una biblioteca puede ser un ejercicio peligroso. Los papeles que olvidamos entre las páginas vuelven de pronto como un fantasma o como un doble nuestro; pero el doble de alguien que fuimos y ya no somos. Eso se nota sobre todo en la caligrafía, tan parecida a la que tenemos ahora, y sin embargo completamente otra, irreconocible como nuestra voz en una grabación. Por eso, en su ensayo "Desembalo mi biblioteca" -muy citado y muy famoso, con justicia-, Walter Benjamin anotó que si es cierto que toda pasión linda con el caos, la del coleccionista roza el caos de los recuerdos.

En realidad, habría que simplificar la idea: la biblioteca misma, por sí sola, es peligrosa. Su posesión, como dije alguna vez, nos regala la ilusión del tiempo, de que viviremos lo suficiente para leer todos esos libros. Pero, por otro lado, la posibilidad de su pérdida nos amenaza, igual que la pérdida definitiva de un ser querido, con perdernos a nosotros mismos.

No hubo otra biblioteca como la de Aby Warburg. La historia es conocida y Alberto Manguel la cuenta con mucha agudeza en La biblioteca de noche. Inmenso historiador de arte, crítico, coleccionista, Warburg venía de una familia hamburguesa de tremenda fortuna. Primogénito, ya a los 13 años, hacia 1879, renunció sin embargo a sus derechos de heredero en favor de su hermano, con la condición de que se le proveyera todo el dinero que pidiera para comprar libros. Su ex libris (el lector puede revisarlo en Google) es el más hermoso que yo haya visto jamás. Llegó a tener alrededor de 60.000 volúmenes.

Pero lo más impresionante de la biblioteca warburgiana no es esa cifra sino su organización, que hasta ahora nadie consiguió explicar satisfactoriamente. Esa organización estaba regida por un principio circular, y el ordenamiento no se sometía a ninguna convención conocida: ni alfabética, ni temática, ni geográfica, ni idiomática, ni nada. El orden era aquel que Warburg quería darle y, según esa ley, la filosofía podía tocarse con la astrología, por ejemplo.

La biblioteca de Warburg era la proyección en el espacio del laberinto intelectual de...

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