El beneficio de la moda: cuando la gratificación por dar se transforma en la mejor experiencia

Suelo pensar que se trata de las dos caras de una misma moneda. O de dos monedas con la misma cara. La riqueza y la pobreza son los dos grandes polos que tristemente dividen al mundo, y en la moda encuentran hoy un punto de unión que intenta acortar estas abismales distancias. El glamour absoluto extiende así sus manos y mira de frente al hambre, a la educación, a la infancia rota, a las enfermedades más terribles y a la pobreza de todo tipo para acercarle un poco de alivio a la humanidad más necesitada.

Año a año se potencian y multiplican eventos de beneficencia de marcas, celebridades y modelos que logran recaudar cientos de millones de dólares. Hace unas semanas fui invitada a la gala del MET, la cena temática más importante del mundo de la moda en cuanto a exposición y recaudación que data de 1946 y que desde hace 18 años organiza Anna Wintour junto al Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Anna, editora general de la revista Vogue, es una de las mujeres más poderosas de esta industria y la más influyente de la prensa especializada. Sabe cómo lograr un evento que dará que hablar. Esta vez, el concepto del MET estuvo ligado a la tecnología y se reflejó, como siempre, en cada detalle, desde el look de los invitados hasta la decoración del lugar. Pero, lo más importante: se logró un buen cheque para la supervivencia cultural del museo.

Amfar, que investiga la cura del Sida, es la asociación que más eventos hace en el mundo de la moda. Son famosas sus galas en Cannes, Nueva York y San Pablo, con excentricidades como el beso a Ricky Martin subastado en 90 mil dólares.

Una infancia dura impulsó a la supermodelo rusa Natalia Vodiánova a crear Naked Heart, la fundación que construye parques para niños en su país natal. En sus galas de recaudación, llamadas Love Ball y de las que participan ricos y famosos, hay kermeses con juegos a cargo de marcas de lujo. Louis Vuitton, por ejemplo, invitaba a reventar globos para ganar una de sus carteras. Recuerdo la subasta de una pasantía en Chanel y de un...

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