La belleza, entre superficies y reflejos

Cuando un fotógrafo tiene que sacar una foto de un auto, no se preocupa tanto por la luz que tiene disponible sino por los elementos que se verán reflejados en él. Pasa que para la lente de una cámara los autos son mayormente un conjunto de rebotes de luz provenientes de superficies de metal pulido. Y algo muy parecido pasa con nuestros ojos. Por eso buena parte de nuestra apreciación de la belleza de un auto pasa por la forma en la que percibimos esos reflejos. Es más, en un contexto en el que las proporciones de todos los modelos de un mismo segmento son muy parecidas entre sí, el trabajo de las superficies es uno de los elementos cruciales para definir la personalidad de cada auto.Hoy la moda pasa por las superficies muy complejas, con muchos planos separados por pliegues filosos (de mínimos radios de curvatura), y torsiones y estiramientos que eran impensados antes de la era del diseño asistido por computadora. Cuando las superficies están tan intervenidas, los cambios en los pasajes de luz -mientras el auto se mueve o nos movemos alrededor de él-, son abruptos y estridentes. En cambio, las superficies...

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