Bella, bella, bella

Soy bella es una escultura del célebre Rodin. Inmóvil, así como la vemos -o la evocamos, porque no está aquí en el escenario, claro-, alude a su vez a los primeros versos de un poema de Baudelaire, La beauté: "Soy hermosa, oh mortales, como un sueño de piedra". Y el deseo, el afán, la incontinencia por salir del yeso y volverse movimiento, sin perder un ápice de belleza plástica, se llama I'am beautiful.Puede sonar contradictorio, pero no: la obra que la compañía siciliana Zappalà trajo al es rigurosa y libre, formal y visceral; despabila articulaciones y emociones, y sacude al ciclo Italia XXI en una única función en el Teatro Coliseo.De ropa interior blanca a una segunda piel verde alienígena; de un arranque percusivo, tribal, primero, al borde de un estado de rock tras el pasaje de secuencias...

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