La batalla de los toros, la espina cultural que enfrenta a Madrid con la Cataluña secesionista

MADRID.- La tensión separatista de Cataluña volvió a dispararse en las últimas horas a raíz de una sentencia del Tribunal Constitucional (TC) español que anuló la prohibición de las corridas de toros vigente desde hace cinco años en esa región.

"¡No volverán!" es el nuevo grito de guerra de los independentistas, que prometen resistir la medida. Esgrimen una defensa de los derechos de los animales, aunque el rechazo a las fiestas taurinas responde sobre todas las cosas a que se las considera uno de los mayores símbolos de esa España que sueñan con abandonar.

Después de cinco años de litigio, promovido por el Partido Popular (PP), los jueces resolvieron anteayer que la Generalitat de Cataluña tiene autoridad para regular las corridas de toros, pero no para prohibirlas.

En una decisión dividida, el TC consideró que la ley antitaurina aprobada por el Parlamento catalán invade competencias del Estado en materia cultural, ya que la tauromaquia ha sido declarada "patrimonio inmaterial" de España y por tanto contaría con protección constitucional. "El tribunal puede decir lo que quiera, pero nosotros ya hemos decidido que no habrá corridas de toros en Cataluña. Haremos todo lo posible para que esta actividad no vuelva a nuestro país", advirtió Josep Rull, consejero de Territorio y Sostenibilidad del gobierno regional.

A la cruzada se sumó la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, aliada de Podemos y que no integra oficialmente el bloque del independentismo: "Somos una ciudad antitaurina y no vamos a permitir que se incumplan las normativas de maltrato animal".

La única plaza de toros en condiciones de funcionar en Cataluña es la Monumental de Barcelona. Otras se tiraron abajo o se reconvirtieron en centros comerciales después de la ley que impidió las corridas.

Los dueños de la Monumental la mantienen abierta como museo y albergaban desde 2011 la esperanza de una sentencia que les permitiera reabrir la plaza para las fiestas. Pero la reacción de las autoridades locales deja dudas sobre si realmente los toros y los matadores podrán volver a pisar el ruedo.

El gobierno que conduce el separatista Carles Puigdemont (del Partido Democrático) ha declarado su intención de desconocer órdenes mucho más perentorias del TC, como la que impide tramitar en el Parlamento regional leyes para crear las estructuras de un futuro Estado independiente.

La sentencia sobre los toros es "combustible para la causa", definía a LA NACION un dirigente relevante del Partido...

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