Batalla comercial innecesaria

Nuestro gobierno denunció a España, los Estados Unidos y la Unión Europea ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) por poner trabas y barreras proteccionistas a exportaciones argentinas. La denuncia responde a hechos ciertos. En el caso de los Estados Unidos, se refiere a las dificultades para el ingreso de limones frescos y carne bovina. Hay una queja contra ese país por la demora en reconocer a la Patagonia como zona libre de aftosa, ya que desde 2003 lo ha hecho la Organización Internacional de Sanidad Animal. A España se la denuncia por las trabas al ingreso de biodiésel. Por pertenecer ese país a la Unión Europea, la denuncia se extiende también a ella.Aunque las barreras proteccionistas sobre las materias primas, en particular alimentos, instrumentadas por los países industrializados se han reducido en la última década, aún subsisten y está bien que nuestro gobierno se ocupe del tema. Sucesivas administraciones han mantenido una política consistente en las ruedas de negociación en la OMC, sin excluir la más reciente de Doha. La inconsistencia que ahora debemos hacer notar es la del propio ejemplo.Si el gobierno argentino tuviera antecedentes razonables en el respeto a las normas de la OMC, seguramente el tratamiento de su denuncia hubiera seguido el camino usual de la presentación de descargos y rectificación de desvíos por parte de los países denunciados. Pero la Argentina ha estado en el banquillo de los acusados casi ininterrumpidamente en los últimos años. Las trabas a las importaciones han formado parte del recetario inspirado por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Por caso, las denominadas Declaraciones Juradas de Importación parecen haber agotado la paciencia de las naciones líderes del comercio...