La batalla por el agua: la puja de Mendoza y La Pampa

MENDOZA.- Una del río Atuel se libra entre Mendoza y La Pampa desde hace más de medio siglo. Ahora, tras dos nuevos planteos pampeanos, la Corte Suprema deberá definir si los mendocinos deben entregar una parte de ese recurso hídrico -que cuidan con extremo celo- para que en el territorio pampeano el río no desaparezca. La expectativa por un fallo judicial que podría sentar precedente se da, además, en medio de una de las peores crisis hídricas en esa región, que en Mendoza ya dio lugar a severas restricciones al consumo.

La "interprovincialidad" de la jurisdicción del Atuel que dictaminó el máximo tribunal en 1987, con beneficio de riego de 75 mil hectáreas primero para los mendocinos, se escurrió como el agua entre los dedos. Hay razones técnicas y políticas de ambos lados, pero Mendoza ha endurecido su postura, amparándose en su emergencia hídrica, a pesar de algunos esfuerzos para destrabar la situación. Por su parte, La Pampa aduce, en primer lugar, que se produjo un grave daño socio-ambiental y, en segundo lugar, un perjuicio económico de más de 100 millones de pesos anuales.

La provincia que gobierna Oscar Jorge presentó el 14 de mayo pasado una nueva demanda, luego de que la Legislatura mendocina rechazara un convenio que garantizaba un mínimo de agua (5 metros cúbicos por segundo) firmado en agosto de 2008 entre Jorge y el entonces gobernador mendocino Celso Jaque. Además, en febrero, el Tribunal aceptó una demanda civil de un particular, el abogado pampeano Miguel Ángel Pallazzani.

El Gobierno de Mendoza respondió esa presentación, asegurando que el letrado no tiene "legitimidad ni representación" y le dio relevancia a la expuesta por el Ejecutivo pampeano porque es un conflicto entre estados provinciales. Sobre esta segunda demanda, Mendoza fue notificada en octubre y trabaja en el armado de su defensa, que será elevada al máximo tribunal en marzo.

Por su parte, en La Pampa hay grandes expectativas con las dos demandas y estiman que la Corte podría unificarlas, porque tienen un objetivo en común, poco difundido y que podría darles la razón: la cuestión ambiental y la preservación del ecosistema, que se lograría con un caudal mínimo. "Esto es clave y determinante porque el río no puede ser sólo para producción. Nuestra prioridad es recuperar el caudal para la existencia misma del río y después si alcanza para la producción, bienvenido sea", explicó a LA NACION Leandro Altolaguirre, presidente de la Asociación Civil Alihuén, que...

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