Basura: un problema que moviliza a los vecinos de Devoto y Villa del Parque

La presencia de basura en la calle no cede en la ciudad y sigue provocando malestar entre los porteños, especialmente entre los vecinos de Villa Devoto, Villa del Parque, Villa General Mitre y Villa Santa Rita (comuna 11), los que más denunciaron irregularidades en la higiene urbana durante 2016. Los habitantes de esos barrios reconocen que la zona está más limpia que antes, pero se quejan porque todavía persisten trastornos relacionados con los cestos y con los residuos fuera de lugar.

"Nos colocaron un tacho negro frente al edificio. Da justo a la ventana de un vecino y tiene un olor fortísimo cuando se junta la basura. ¿Por qué no lo pusieron en la misma cuadra, pero donde hay un paredón que no afecta a nadie?", se quejó Luis Banga, vecino de Villa del Parque. Mientras el hombre dialogaba con LA NACION, un joven se escabullía dentro de una campana verde para desechos reciclables a buscar algo de su interés. "Revuelven todo y después dejan tirado todo sobre la vereda", agregó Banga.

Fuera de ese contenedor verde ya había un par de bolsas blancas desparramadas y una vieja cocina blanca que se había "adueñado" de parte de la acera. El árbol emplazado en la intersección de Nogoyá y Vilardebó, cerca de allí, se había transformado en un basurero. A sus pies yacían cuatro bolsas con residuos de todo tipo. "Siempre está así", dijo al pasar un transeúnte.

La molestia de los vecinos se refleja en una estadística oficial. Durante 2016, la Secretaría de Atención Ciudadana del gobierno porteño recibió 188.729 solicitudes, reclamos y denuncias relacionados con la higiene urbana. El 11% (21.042) se originó en la comuna 11, pese a que no abarca barrios muy poblados ni de alta densidad. Le siguió la comunas 12 (Villa Urquiza, Villa Pueyrredón, Coghlan y Saavedra).

Por ejemplo, vecinos de las inmediaciones del ferrocarril San Martín, a la altura del cruce de Gutiérrez y Rivas, también en Villa del Parque, se comunicaron con la línea telefónica 147 para solicitar que se coloque en ese punto un cesto para que el barrendero pueda depositar allí las bolsas completas de hojas de los gomeros. Según explicó Juan Reginatto, las bolsas quedan en la calle, "se rompen con facilidad y se desparrama todo", lo que podría provocar inconvenientes si lloviera de manera copiosa. Si se acumula basura orgánica, no es extraño que aparezcan roedores, alertó el hombre.

"A veces, los fines de semana, rebasa el contenedor de residuos secos", dijo una mujer que caminaba apurada...

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