La basura porteña, un negocio que salta la grieta

La recolección de basura se lleva en casi todos los distritos del mundo el mayor presupuesto. Lo suficiente para captar la atención de quienes tienen o quieren tener algo que ver con el asunto, desde contratistas privados hasta funcionarios o jefes de campaña, con una excepción general: a menos que el camión no pase y entonces empezarán las quejas, los vecinos son los menos enterados de lo que pasa. Este universo de paradojas políticas donde lo más preciado terminan siendo los desechos agrega en la ciudad de Buenos Aires una particularidad: es desde hace años un ámbito de convivencia entre el jefe de Gobierno y dirigentes de la oposición que van desde Pablo Moyano o Claudio "el Chiqui" Tapia hasta Juan Grabois. Decidido a seguir saltando la grieta, Horacio Rodríguez Larreta acaba de extender por cuatro años más, hasta 2028, las concesiones de las seis empresas que trabajan en el territorio.

Fue una decisión política y, al mismo tiempo, presupuestaria, que la ciudad de Buenos Aires tomó por las restricciones que le insumió la quita del 1,18% de coparticipación con la Casa Rosada, pleito que debe resolver la Corte, y a cambio de una rebaja en los montos varios contratos. Entre ellos, luminarias, asfalto, y mantenimiento de espacios verdes, drenajes y hospitales. El instrumento para hacerlo fue el artículo IV de la ley de emergencia económica porteña, sancionada en mayo de 2020, que faculta a modificar contrataciones. Hace pocos días, en una reunión de gabinete de la que participó Mauricio Macri como invitado, los funcionarios de la ciudad le dijeron que habían atenuado en un 20% la quita en coparticipación gracias a esas prórrogas. Serán además varias discusiones menos para 2023, año electoral, y más específicamente en un sector sensible por los fondos que representa: la Capital Federal destinará este año a la recolección de residuos $54.000 millones (unos US$450 millones al cambio oficial), es decir, 5,5% de su presupuesto.

Rodríguez Larreta administra el distrito con la misma premisa que parece estar insinuando para su proyecto presidencial: no dejar a casi nadie afuera. Hace pocos días, en un acto de La Generación Argentina, la agrupación juvenil de Juntos por el Cambio, el jefe de gobierno hizo un pronóstico: dijo que la oposición ganaría las elecciones de 2023, pero que se requeriría para entonces un consenso político "mucho más amplio, pero no con todos: con el kirchnerismo y la izquierda no nos vamos a poner de acuerdo nunca, no hay...

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