Barro

SOMERSET, Inglaterra.- Caprichos del ojo y de la mente vagabunda. En 1931, cuando estaba dedicado intensamente a la investigación de las culturas prehispánicas, el mexicano Diego Rivera realizó una serie de diecisiete acuarelas destinadas a ilustrar el Popol Vuh. Esta recreación del gran legado del mundo quiché se conoció recién treinta años después, en Tokio, gracias al editor japonés Eikichi Hayachiya. El Popol Vuh narra con una belleza indómita los primeros días de la creación, con los bríos que le infunde al artista la revolución mexicana. De barro estamos hecho, dice el libro...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR