Los barrabravas del poder: la fuerza de choque que se activa cada año electoral

El equipo de campaña de Néstor Grindetti fue recibido a balazos en villa Sapito. En la isla Maciel, salvo el kirchnerismo, nadie es bienvenido. Y en La Matanza, considerada la capital del PJ, hierve la interna partidaria hasta para colonizar las paredes de las barriadas más peligrosas.

Los tres distritos tienen algo más en común que ser puntos calientes del conurbano bonaerense: escenifican casi a la perfección el apretón de manos entre la política y las barras bravas. Y nunca mejor que los años electorales para reforzar esos vínculos.

Los barrabravas ya dejaron de encargarse solamente de las pintadas y pegatinas, y de musicalizar con bombos y trompetas los actos. Ejercen también como fuerza de choque de políticos y sindicalistas, y se jactan de ser los custodios de un territorio determinado, que casi siempre es el que rodea a la cancha, considerado casi como un espacio propio.

En Isidro Casanova, la pelea entre las facciones de la barra de Almirante Brown hierve al calor de la interna del PJ. En esta elección repartirán lealtades entre el kirchnerismo y Randazzo.

En algunos distritos, son verdaderos "guardias" de territorios tomados. Los barras manejan las cajas de programas sociales, del narco y deciden la suerte de las urnas. Diego "Fanfi" Goncebate, jefe de la barra brava de Lanús, supo ser uno de los hombres más poderosos en Sapito. En los últimos meses su influencia quedó amenazada por el ingreso de la municipalidad en el territorio.

Juan Manuel Lugones es desde diciembre de 2015 el jefe de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte en la...

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