Barcelona no estaba ni para que lo salvara Messi

El gran Bayern Munich no fue sólo cuestión de un día iluminado en su Allianz Arena (4-0) y el desnaturalizado Barcelona sufrió en el Camp Nou igual que en Alemania. La eliminatoria se resolvió por una diferencia abismal, histórica, insospechada hasta hace 10 días. Un global de 7-0 que pasó por encima de las supuestas equivalencias entre dos potencias.Lionel Messi, cuya presencia había sido testimonial durante los 90 minutos de la ida, ayer vio la debacle de su equipo desde el banco de los suplentes, embutido en la mullida butaca y con las manos dentro del camperón, a medida que la goleada tomaba forma en el segundo tiempo. Aquel desgarro en el bíceps femoral derecho, sufrido el 2 de abril, en París, alteró el ecosistema futbolístico de Barcelona.El club y Leo quedaron en una encrucijada: la necesidad de recuperarlo físicamente sin dejar de contar con él en un momento crucial de la temporada. Gracias a la continuidad y resistencia de Messi, Barcelona se había desacostumbrado a no tenerlo, a hacerse valer sin la dependencia de sus goles y de su repertorio ofensivo. Desde esa noche en el Parque de los Príncipes, cada movimiento fue pensado como en una partida de ajedrez. Ponerlo un rato en el desquite con París Saint Germain para que le levantara el espíritu a sus compañeros y aterrorizara a los rivales, efecto que se reflejó en el angustioso 1 a 1 que evitó la eliminación. Reservarlo en tres partidos de una Liga que Barcelona tiene en el bolsillo, aunque el sábado se recurrió a él en la última media hora para que hiciera un golazo y diera una asistencia en el 2-2 con Athletic Bilbao. En ese rato en San Mamés se lo vio con una buena condición física, parecía una auspiciosa puesta a punto para el desafío de ayer.Hasta anímicamente Messi hacía saber que estaba entusiasmado. Por la red social china Weibo había escrito un mensaje optimista: "A preparar la remontada". Se descontaba su presencia. Por eso hubo sorpresa cuando una hora antes del partido se anunció su suplencia. Desde que se lesionó, Messi sólo había sido titular en la visita a Bayern, donde fue uno más en la fantasmal actuación general del equipo.Tras la semifinal de ayer en el Camp Nou, Dani Alves hizo públicas algunas razones sobre la suplencia de Messi: "Me dijo que no tenía buenas sensaciones después del partido en Bilbao. No se encontraba bien. Lo intentó, pero no estaba para jugar".Con este panorama, se diseñó una estrategia conservadora: que estuviera en el banco, a la espera de que Barcelona...

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