El Barça muere y renace

Los hinchas de Barcelona celebraron ayer y seguirán haciéndolo toda la semana, pero cuando se calmen no podrán negar la evidencia: el Barça murió. En su lugar nació otro, muy distinto de aquel que los enorgulleció durante casi un lustro. Los goles del 2-1 sobre el Real Madrid lo demuestran: centro de Messi y cabezazo a la red de Mathieu; pelotazo largo de Alves y definición en velocidad de Suárez. ¿Qué tiene eso que ver con aquel "ADN Barça" que los medios catalanes mentaban cada vez que Gerardo Martino intentaba tocar la estructura sagrada de Josep Guardiola? ¿Qué pensará Xavi Hernández, que un rato antes de entrar para jugar los minutos finales vio cómo el Camp Nou aplaudía de pie a Ivan Rakitic, el hombre que tomó su puesto?

Algo está claro: si lo que corrió durante años en el Barcelona fue la pelota, ahora corren sobre todo los jugadores. Es, en parte, la diferencia entre Rakitic y Xavi. Baja el trabajo de orfebrería y sube el nivel de zarpazos. Quieren a la pelota igual que siempre, pero la tienen menos. "Es verdad que ya no jugamos igual que antes", admitió Gerard Piqué en una entrevista publicada el domingo por El País. El estilo y la idea, dice, son los mismos, pero se buscaron "otras soluciones para hacer daño a los rivales". Si Xavi fue tras la "era Guardiola" -sobre todo en el duro año que Martino pasó en el club- el "talibán" en la defensa de aquel estilo, Piqué se distinguió por decir abiertamente que no se podía jugar toda la vida del mismo modo. Los rivales les habían tomado la medida, fallaban en los partidos clave. Aquel Barça "purista" ya no es obligatorio, y cada vez más aparece el Barça "depredador".

"Somos más vertiginosos, los tres de arriba hacen que juguemos distinto", admite Piqué...

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