Un Barça con igual pegada y menos caricias a la pelota

Gana como casi siempre y golea tal cual su costumbre a los rivales de la Liga de España que son indefectiblemente inferiores, pero el juego de este Barcelona de Gerardo Martino no es visto como una réplica del legado por Guardiola-Vilanova, quienes adscriben al ideario de Johan Cruyff. Como club especial que es, el Barça no se justifica sólo por los resultados, sino que aspira a legitimarse por un estilo futbolístico que marcó tendencia mundial en el último quinquenio. Barcelona necesita ser y parecer.Para empezar, lo invariable: en el barrio obrero de Vallecas goleó 4 a 0 a Rayo Vallecano (Larrivey ingresó en la última media hora), con lo cual encadenó el quinto triunfo en igual cantidad de fechas y encabeza el torneo junto a Atlético de Madrid (ver aparte). Siempre que Barcelona triunfó en los primeros cinco encuentros fue campeón (1985, 1991, 1998, 2010, 2013). Lo novedoso estuvo en que no marcó Lionel Messi -ayer jugó su partido N° 250 en la Liga-, que había hecho seis goles en los tres encuentros en que participó. Leo sí dio una asistencia para la apertura del marcador del delantero Pedro, figura de la noche, con tres tantos. El restante fue de Cesc.Al margen de la abultada victoria, partidos como el de ayer alimentan el debate que se instaló desde hace unas semanas en tierra catalana y el resto de España: ¿este Barcelona de Martino modificó el registro futbolístico que traía? ¿Hay menos juego de posesión y asociación en búsqueda de una vía de ataque más directa, sin tanta asociación? ¿Resignan incidencia Xavi e Iniesta, abanderados del toque y la conducción, en favor de la capacidad resolutiva de los delanteros, que un día puede ser de Messi, al otro de Cesc, mientras Neymar se muestra generoso con sus asistencias?Este Barcelona acostumbrado a explicarse por el delicioso juego que cocina en el medio campo, últimamente impuso un discurso contundente en las áreas. Su capacidad goleadora está ratificada en su promedio de 3,66 goles por cotejo en los seis oficiales de esta temporada (cinco por la Liga y uno por la Liga de Campeones). En el otro extremo de la cancha, Víctor Valdés ya no juega tanto con los pies para dar el primer pase, sino que interviene con atajadas decisivas. Contra Rayo Vallecano fue más exigido que en los encuentros anteriores: 9 paradas, incluida una trascendente, la del penal despejado a Trashorras con el partido 1-0. El miércoles, frente a Ajax, Valdés también salvó a su equipo cuando todavía faltaba mucho para el 4-0 final...

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