Bananas

Harto de escuchar el "buuuuh" racista que le lanzaban fanáticos del club Pro Patria, el alemán de origen ghanés Kevin Prince Boateng lideró el retiro del Milan a los vestuarios. "En todos los partidos, incluso internacionales, donde se repitan episodios de este tipo -avisó entonces el ex premier Silvio Berlusconi, propietario del club-, el Milan dejará el campo juego". Fanáticos de Atalanta arrojaron bananas el último domingo contra el guineano Kevin Constant y el ghanés Sulley Muntari, jugadores de Milan, pero el equipo siguió jugando. El partido ante Pro Patria, disputado hace más de un año en el norte de Italia, era amistoso y Berlusconi era entonces un político en campaña electoral. Berlusconi es ahora un líder en el ocaso, condenado por corrupción. Y el juego contra Atalanta no era amistoso. Milan precisaba los puntos para clasificarse a Europa.La agresión se produjo días después de que el brasileño de Barcelona, Dani Alves, decidió recoger una banana que le tiró un fanático de Villarreal, comió un trozo y siguió jugando. Al Villarreal, que al menos identificó y expulsó de por vida al agresor de Alves, lo multaron con 12.000 euros. Al Atalanta, que sigue sin ubicar al racista, lo multaron este lunes con 40.000 euros y le suspendieron por una fecha un sector de tribuna. Lanzar bananas contra jugadores negros era costumbre en el fútbol inglés hasta los años '80. Es inolvidable una imagen de John Barnes, el delantero que jugó contra la Argentina en México 86, cuando dos años después hizo jueguito con una banana que le tiraron de la tribuna. En Rusia, el hoy ex jugador brasileño Roberto Carlos se fue de un partido en 2011 cuando le tiraron una banana. Y al club Zenit lo multaron cuando uno de sus fanáticos ofreció una banana al brasileño antes de un cotejo. Las canchas del Primer Mundo registran desde hace décadas ataques racistas contra jugadores negros. Escenario de lo mejor y también de lo peor de la conducta humana, el fútbol regala ovaciones a ciudadanos que, en otros lugares, suelen ser objeto de desprecio. Ese mismo escenario exhibe hoy a la banana como su peor símbolo.En Italia, última sede del desprecio, la situación parece escapar hoy al simple fanatismo o ignorancia que suele dominar en muchas tribunas. Daniele De Santis (alias Gastone), el "ultrá" de Roma arrestado en los últimos días por los disparos que dejaron en coma farmacológico a Ciro Esposito, fana del Napoli, no es un hincha cualquiera. En su "bunker", como él mismo lo llamó en las...

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