Bajante, veda y peces en el río Paraná

La acusada bajante del río Paraná expuso, además de piezas de barcos históricos, bocas de túneles coloniales y demás objetos con valor antropológico a la altura de la histórica ciudad de Corrientes, grandes cardúmenes de peces que constituyen la base de una economía pesquera de grandes proporciones y múltiples actores.Las "estrellas" son los dorados y surubíes -pintado y atigrado-, pero también bogas, sábalos y varias especies de bagres, como patíes, mandurés y amarillos, entre otros. Todos con participación en la pesca recreacional, con o sin "devolución", y comercial, que abastece frigoríficos, pescaderías y restaurantes, al ofrecer sustento a numerosas familias de isleños pescadores, a menudo conocidos como "malloneros", por el uso de largas redes llamadas mallones.Los peces se han hecho tan fáciles de pescar con esta bajante prolongada que las autoridades han debido prohibir cualquier práctica que no sea "con devolución" para el caso de dorados y surubíes, con la razonable excepción "social", del conocido y también controlado núcleo de pescadores artesanales que dependen de ese recurso para vivir.Mientras tanto, en un esfuerzo de concertación multisectorial sin precedente del que participan los gobiernos provinciales, las universidades, asociaciones de pescadores y empresarios del turismo en torno al río Paraná, se ha establecido un nuevo sistema de regulación que reemplaza las vedas temporales por una "veda extendida".El nuevo sistema suma días de prohibiciones salteados, pero fijos -un par de días por semana vedados a la pesca recreacional y otro par de días a la comercial-, a lo largo de todo el año, sin...

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