Baches: los vecinos del Bajo de San Isidro se quejan por el estado de sus calles

"Uh, mirá esos pozos", dice el remisero, sorprendido, apenas toma la calle Chile al 1100, en el Bajo de . Por lo menos pudo verlos y evitarlos, porque cuando llueve se llenan de agua y engañan a la vista. Pero no es el único punto en donde el asfalto se encuentra en ese mal estado, denuncian los vecinos, que consideran que "es una zona olvidada" para las autoridades municipales.

Son varios los tramos en el barrio donde las condiciones de la calle obligan a los automovilistas a hacer maniobras evasivas. También hay quejas por falta de limpieza.

Es fácil distinguir entre quienes habitan en la zona y las personas que son visitantes. Los primeros conducen sus rodados al ritmo del zigzagueo. Conocen de memoria la ubicación de cada uno de los baches y hacen todo lo posible por evitarlos, aunque no siempre sea efectivo el movimiento. Quienes no transitan asiduamente por ese barrio, lindero al puerto deportivo de San Isidro, suelen caer en la trampa.

Para Cecilia Tomkinson, el barrio donde vive se transformó en "una zona de bombardeo donde todos dejamos el auto en cada cráter". "Hace tres años que estamos como en Kosovo", grafica. La mujer reclamaba mientras hacía maniobras para evitar un pozo ubicado en medio de la calle Darwin. Aunque se trata de una zona residencial, el barrio tiene movimiento de visitantes con el impulso gastronómico y la concurrencia a clubes náuticos cercanos al puerto.

"Si te movés por San Isidro, cada seis meses tenés que revisar el tren delantero". Así de contundente fue el mensaje que le dio el mecánico a Norberto Raccone, vecino del municipio desde que nació. En abril, tuvo que abonar $ 10.000 para cambiar los espirales y amortiguadores de su rodado. Contó a LA NACION que "uno de los espirales se rompió cuando circulaba por una calle del barrio". "El problema de los baches no es sólo en el Bajo, se extiende incluso en las calles pavimentadas con hormigón, como en Jacinto Díaz al 400, por ejemplo", aclaró el hombre.

Cuando llueve, el agua cubre los baches y las calles próximas al puerto de San Isidro se convierten en un barrial. "El aspecto del lugar es de suciedad permanente", describió Graciela Oro. La mujer ya asentó este año dos reclamos por los pozos. Lo hizo a través de la aplicación de la comuna y todavía no tuvo respuesta.

La entrada a la vivienda de Graciela Oro, ubicada a metros de la esquina de Penna y Darwin, siempre está rodeada de agua estancada de lluvia que no tiene alcantarilla por dónde escurrirse. "Tuve...

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