Avenida Brasil, lo que faltaba

La ley de hierro de la televisión vuelve a cumplirse. Cuando una idea combina despliegue de producción, talento creativo, renovación sin negar una estirpe clásica de origen, poderosas presencias interpretativas y profunda convicción en las propias fuerzas, el éxito llega por añadidura.No hizo falta esperar demasiado para corroborar ese axioma en el caso de Avenida Brasil . En la semana de su lanzamiento en la Argentina, la extraordinaria telenovela de la Rede Globo le regaló a Telefé un rating que supera en su horario al que mide el resto de los canales abiertos sumados.De paso, los primeros escarceos de su apasionante trama (en los que se habla de la Argentina a través de rostros tan familiares como el de Jean Pierre Noher) esbozan ese otro factor que termina de redondear la presencia, de tanto en tanto, de algún programa capaz de romper moldes y encaramarse con peso propio a lo más alto de la atención de un país entero.Aún desde una sociedad como la argentina, tan cercana geográficamente y a la vez tan distante en otras cuestiones a nuestro gigantesco vecino regional, percibimos desde la pantalla buena parte de las razones del apasionante debate político, sociológico y cultural que tuvo allí como eje a Avenida Brasil , y que todavía perdura.Por debajo de la naturalidad con que se comprende y desenvuelve una trama que sólo...