Avellaneda y Tucumán juegan en los escritorios

Faltan más de tres meses para que comience la disputa de la Copa Libertadores en 2017, pero el máximo torneo continental ya se juega en los escritorios de la AFA. La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) oficializó ayer los criterios de clasificación de los equipos de cada país. Y asignó al club que hubiera ocupado el quinto puesto en el torneo de 2016 el sexto cupo que le correspondía a la Argentina. Pero hay un problema: el torneo de transición fue un engendro que duró seis meses y tuvo dos zonas, sin una tabla general.

¿Cuál es, entonces, el quinto mejor equipo? Por sumatoria de puntos, Atlético Tucumán, que cosechó 30 unidades y fue tercero en su zona. Pero el otro tercero, Independiente (27 puntos) se cree con derecho de reclamar un partido desempate. Sus dirigentes aseguran que los asiste la razón, porque para dirimir el lugar "Argentina 3" se disputó un encuentro entre Estudiantes de La Plata y Godoy Cruz (Mendoza). Entonces, ¿por qué no habría de realizarse un nuevo partido para resolver quién se queda con el sexto cupo del fútbol argentino?

El raid mediático de los dirigentes de los Rojos y el Decano tucumano comenzó antes del mediodía. Ambos se arrogaban la razón. La disputa continuó en el edificio de la AFA. Pablo Moyano, Héctor Maldonado y Carlos Montaña acudieron allí para entrevistarse con el Comité de Regularización y persuadir a sus miembros de jugar ese encuentro. Se habló hasta de las sedes: ¿River? ¿El estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba? En declaraciones televisivas, Noray Nakis fustigó al órgano de gobierno de la AFA, antes de las negociaciones que encararon sus pares: "Es una decisión abusiva del poder. Le debe picar el traste a alguno que está en el poder", bramó el histórico dirigente de Deportivo Armenio en TyC Sports.

"Nosotros estamos convencidos de que el cupo nos corresponde por méritos deportivos", adujo Mario Leito, presidente de Atlético Tucumán, en la misma señal. El Comité de Regularización tomó, pasado el mediodía, una decisión salomónica: esperar hasta escuchar a los dos clubes para tomar una decisión...