Avance republicano en Estados Unidos

WASHINGTON.- Las cifras finales estaban lejos de conocerse. Pero, entusiasmados con los primeros escrutinios de las elecciones legislativas de ayer, los . Mientras tanto, los demócratas de Barack Obama que les evitara el naufragio en las urnas y, con él, la pérdida del control del Congreso.

"Arrancamos bien e iremos mejor", dijeron los republicanos al contabilizar las primeras victorias. Una de ellas fue la reelección de Mitch McConnell, su líder en el Senado, que se convertirá en uno de los hombres más poderosos del país en caso de lograr, como anticipaban anoche las encuestas, el control de ese cuerpo. "EE.UU. necesita un nuevo liderazgo, claro y fuerte", dijo el senador por Kentucky.

La segunda buena noticia que tuvieron fue el recorte de la distancia en el Senado. Anoche ya festejaban el triunfo en Virginia Occidental, en Arkansas y en Dakota del Sur, con lo que se redujo de seis a tres la cantidad de escaños que necesitaban.

Con esos tres triunfos, los republicanos estaban ya muy cerca y lo de Virginia, tradicionalmente demócrata, fue un baldazo para las filas de Barack Obama.

Hace ocho años que los republicanos no gobiernan en el Senado y, de conseguirlo -como indican las proyecciones- se quedarán con el control absoluto del Congreso, dado que ya gobiernan en la Cámara de Representantes y darán, con ello, un muy duro revés al presidente.

Todo eran golpes para los demócratas. "¿Qué ha pasado con Obama?", se preguntaba ayer, a toda página, The Washington Post. Hasta el presidente pareció tirar la toalla cuando, en un exceso de sinceridad, reconoció, en plena jornada de votación, que la elección era "muy difícil" para los suyos.

Anoche continuaba el conteo de votos en buena parte del país y en algunos estados, como en Florida, se registraban trastornos y pedidos de extensión del plazo. El mismo temor se conocía en Louisiana y Georgia, donde el cómputo avanzaba de forma muy lenta y en extremo pareja.

Los norteamericanos votaban ayer para renovar el Congreso y elegir gobernadores en 36 de los 50 estados que componen el país. Pero los comicios se proyectaban como un gran referéndum sobre la gestión del presidente, que llegó con muy bajos índices de aceptación. Apenas el 40 por ciento.

Como si eso no estuviera ocurriendo, el presidente pasó parte del día con agenda normal. Se reunió con expertos en la lucha contra el ébola y envió un mensaje en el que llamó a luchar "con fuerza" contra la epidemia.

Los republicanos paladeaban la victoria...

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