El avance del narcotráfico se cuela entre lo que más inquieta a los ejecutivos

MAR DEL PLATA.- Dice Raúl Reynoso, juez federal de Orán, que esa ciudad de 82.000 habitantes es ya, de tanto vecino nuevo narco, una comunidad colombiana en Salta. Reynoso lo planteó así, sin reparos discursivos, delante de 76 ejecutivos mudos. Fue ayer, en un almuerzo cerrado al público que IDEA hizo en el piso 11 del hotel Sheraton sobre narcotráfico. Escuchaban, además de Kevin Sullivan, encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos, empresarios como Gerardo Cartellone, Oscar Andreani e Isela Costantini.

Reynoso puede dejar, como lo hizo, perpleja a una audiencia sólo contando su trabajo diario. En mayo, por ejemplo, fue amenazado de muerte mientras investigaba un cartel que camuflaba sus actividades con una red de carnicerías. Ayer no habló del tema, pero contó que su juzgado había llegado a tener más de 24.000 kilos de drogas decomisadas acumuladas sin que desde Buenos Aires se le prestara demasiada atención. Salvo el secretario Sergio Berni, aclaró, que al menos le mandaba desde Córdoba aviones con gendarmes para quemarla.

Los empresarios ven en el tema una amenaza creciente, y por eso buscaron este año abordarlo con tres oradores presentados por Fernando Cinalli, directivo de IDEA: además del juez estuvieron Guillermo Marconi, coordinador del Observatorio de Prevención del Narcotráfico (Oprenar), y María Eugenia Vidal, candidata de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires.

Fue una de las charlas más explosivas aquí. Algunos, como Marconi, buscaron sacudir apelando a que el problema está enquistado. "La droga llegó para quedarse y con los hijos de ustedes", dijo, e informó sobre dos episodios en dos colegios, uno de ellos de Palermo, con viajes de egresados a Brasil y a la Patagonia. En ambos casos, dijo, más de la mitad de los pasajeros llevaba anfetaminas. En el caso de Brasil fue fácil descubrirlo: uno de los adolescentes se intoxicó en el ómnibus e intervino la maestra. Vidal, que habló después, reforzó esa idea de hábitos sociales y propuso no naturalizar el consumo: "La sociedad está aceptando que un porro no es algo malo", planteó.

Marconi también metió el dedo en la llaga. Lo hizo cuando recordó haber organizado un debate entre Alberto De Fazio, senador bonaerense del Frente para la Victoria; Eugenio Burzaco, ex jefe de la Policía Metropolitana y asesor de Vidal, y Daniel Arroyo, colaborador de Sergio Massa...

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